Francisco Mayorga Balladares ha estado en la atención pública por su acercamiento con el presidente Daniel Ortega, quien lo tiene en su selectivo grupo de asesores y de quien se considera “su amigo”.
Más notoriedad le dio ser nombrado por Ortega como el nuevo representante de Nicaragua ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Mayorga, un economista, ha ocupado cargos importantes como miembro de la Junta Directiva del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) en los años ochenta. En la presidencia de Violeta Chamorro fue presidente del Banco Central de Nicaragua, poniendo en marcha la reforma monetaria basada en el Córdoba Oro, que sirvió para poner fin a la mayor hiperinflación en la historia de América Latina heredada por Ortega en su primer gobierno.
::: ¿Este nombramiento lo tomó por sorpresa?
El Presidente ya me había comentado su interés en la posibilidad de que yo asumiera esa función. El gobernador (por Nicaragua en el BID) es el ministro (de Hacienda) Alberto Guevara y él ya había presentado mi candidatura a Centroamérica. Los países centroamericanos fueron dando sus cartas de respaldo y ahora estamos en la fase final de la formalización del cargo.
::: ¿Cuál es el enfoque que el Presidente le ha dicho que se va a trabajar con el BID?
Es muy clara la estrategia del Gobierno en el sentido de apuntalar la estabilidad financiera del país, promover la inversión privada, apoyar a los medianos y pequeños productores, impulsar programas sociales que signifiquen la extinción de la extrema pobreza y el objetivo de reducir la pobreza de manera gradual y deliberada. Alrededor de esos cuatros ejes funciona toda la cooperación externa. La principal fuente de cooperación de Nicaragua es el Alba, es la cooperación venezolana que viene a través del canal privado que se maneja paralelamente. La segunda fuente es el Banco Interamericano de Desarrollo.
Nicaragua ha sido muy exitoso, como lo dijo el presidente del BID, en el sentido de presentar programas muy buenos, muy sólidos y creíbles y además la ejecutoria ha sido satisfactoria para el BID. De manera que le ha ido aprobando cada vez más recursos al país, reconociendo que el país va creciendo, que se está transformando, y tercero, que el país está sólido y tiene una estrategia de desarrollo muy saludable. Creo que desde el punto de vista económico y social, Nicaragua de alguna manera se está convirtiendo en un modelo. Creo sinceramente que en unos cinco años va a ser uno de los ejemplos en el libro de texto, en la forma en que un país logra superar la pobreza y entrar en una fase de transformación y modernización.
::: El representante del Fondo Monetario en Nicaragua ha dicho que es preocupante que, a pesar de todos los fondos que ha recibido el país para combate de la pobreza, lo que se ha avanzado ha sido poco.
Se trata de tres factores. En primer lugar, durante los 16 años de la postguerra o sea el gobierno de doña Violeta, de Arnoldo Alemán y de Enrique Bolaños, lo que ocurrió inicialmente fue una especie de contrarreforma agraria y en vez de haber un énfasis efectivo en los programas sociales lo que ocurrió fue una reducción del Estado. Como respuesta al consenso de Washington (EE. UU.) y a la presión de los organismos internacionales, Nicaragua desmanteló el aparato estatal mucho más abajo de lo que era en los tiempos del régimen de los Somoza, porque en aquellos tiempos los servicios públicos eran propiedad del Estado; la energía eléctrica y las telecomunicaciones que, como se sabe el día de hoy, son negocios muy buenos. Entonces vino la privatización y los recursos que se recogieron fueron muy pocos. Había una urgencia de deshacerse de activos y esos recursos no significaron una gran cosa, desde el punto de vista de apuntalar el potencial del Estado de cara a la lucha contra la pobreza.
Por otro lado, usted conoció en épocas que habían consultores que ganaban 300 mil dólares al año preparando programas de alivio a la pobreza (…) Me da la impresión de que gran cantidad de los recursos se iban a megasalarios y muy poco dinero se asignaba verdaderamente a la lucha contra la pobreza. Entonces, los avances que hubo en esos 16 años fueron mínimos. Inclusive, muy pocas personas están conscientes que durante los cinco años de gobierno de Enrique Bolaños hubo una emigración intensa de nicaragüenses, en el orden de 100 a 150 mil por año (…) Eso puede haberse traducido en que los indicadores por habitante mejoraran y que los indicadores de pobreza aparentemente se aliviaran un poco, pero fue el resultado de la relación de denominador.
Mi opinión es que el presidente Ortega, a partir de 2007, emprende una política deliberada, un paquete de programas que se traducen en un genuino alivio a la pobreza. Los diferentes indicadores estadísticos, incluyendo los que se preparan para el Banco Mundial, CEPAL y otros organismos internacionales, muestran que Nicaragua en los últimos cuatro años ha registrado una reducción apreciable de la pobreza extrema. Se ha comenzado la reducción de los niveles de pobreza y además ha habido un impulso muy grande a la pequeña y mediana producción, lo cual significa que los sectores medios bajos comienzan a expandirse. Los próximos cinco años creo que el objetivo del presidente Ortega, de ganar como se espera la próxima elección, es no solo mantener sino profundizar esos programas. Mi pronóstico es que podríamos, en el horizonte de los próximos cinco años, ver que la pobreza extrema queda reducida prácticamente a cero. Va a ver un dos, tres por ciento de pobreza extrema, porque hay bolsones que son remotos, que son muy difíciles de alcanzar.
::: ¿No es muy arriesgado pronosticar eso cuando informes internacionales dicen que en el corredor seco se está padeciendo hambre, y vemos en los semáforos niños pidiendo un peso para sobrevivir?
Fíjese que la relación que hay entre los índices de crecimiento que hemos tenido y la reducción paulatina de la pobreza es matemática. Si nosotros seguimos creciendo a un ritmo de cuatro y cinco por ciento, entonces la pobreza extrema se va a ir reduciendo a razón de uno y medio y dos por ciento cada año. La pobreza extrema, cuando inició su período el presidente Ortega, era como de 16 y 17 por ciento y los últimos indicadores indican claramente que se redujo alrededor de 10 por ciento. Yo no tengo la menor duda que ese 10 por ciento está a la vista y es doloroso, pero lo que creo es que se van a ir reduciendo gradualmente y que en el horizonte de los próximos cinco años. Vamos a tener siempre pobreza y usted va a ver siempre vendedores ambulantes, porque son parte del fenómeno de la informalidad que caracteriza las economías de América Latina y las economías de desarrollo, que no son necesariamente indicios de pobreza extrema, sino la falta de formalización de la economía.
::: Se ponen en duda los datos que brinda el Gobierno porque varios informes se contradicen, incluso han dado datos que no corresponden, igual con la encuesta del FIDEG del año pasado.
Me parece que sería interesante que hubieran estudios independientes, porque si se hacen seriamente vendrían a confirmar la tendencia. He tenido la oportunidad de visitar el país en sus rincones (…) y he podido acercarme a las realidades y para mí es visible la reducción de la pobreza extrema tanto en el campo y la ciudad.
::: ¿Cómo es visible? ¿La gente hoy tiene más dinero para comprar su comida, tiene un mejor nivel de vida?
El número de familias que han sido capitalizadas por el programa Hambre Cero por un lado, por otro el programa Plan Techo que ha significado un beneficio. Uno lo mira en el campo y lo mira también en las ciudades y en los municipios periféricos a las cabeceras departamentales. Uno lo mira también por la misma mecánica de la prosperidad que ha tenido la economía. El financiamiento a la pequeña y mediana producción que se ha canalizado a través de Caruna, eso es lo que ha sido el motor del crecimiento exportador… Todo eso es una realidad que es muy difícil de contradecir. Usted tiene las cifras de lo que ha aumentado el Seguro Social del año pasado para acá. Se ve la cantidad de 240 mil empleos adicionales y hay una regla de que en Nicaragua por cada empleo formal históricamente se han creado dos o tres empleos informales. Eso significa que a pesar del golpe que se tuvo en 2009, en este período de recuperación el empleo está aumentando considerablemente y me parece que este es un ritmo que Nicaragua va a continuar a menos que ocurra una recesión mundial muy fuerte.
::: Mencionó que los factores de la pobreza responden al manejo de la política económica de los 16 años de postguerra. ¿Pero usted fue parte de esas políticas al ser presidente del BCN en el gobierno de doña Violeta y crear el plan económico?
(Fui) seis meses. El gobierno de doña Violeta luego abandonó (el plan) para asumir un proyecto neoliberal. La propuesta del Plan de Gobierno que yo hice no fue el que terminó haciéndose (…) De manera que no puedo asumir ni la más mínima responsabilidad de lo que ocurrió en esos 16 años.
::: ¿Cuál es el cambio que encuentra en la estrategia en materia económica de 1990 y la del gobierno actual?
Creo que el gobierno de doña Violeta fue exitoso en facilitar la transición de la guerra a la paz, en facilitar hacia la consolidación de la democracia, que de alguna manera se funda en el momento en que Daniel Ortega se quita la banda presidencial y se la pone a doña Violeta, como resultado de la urna electoral. Esa es la fundación de la democracia moderna en Nicaragua. También de un período de hiperinflación a una estabilidad monetaria importante y de una economía altamente estatizada a una de libre empresa. Me parece que con esos logros doña Violeta sale de su período presidencial con altas calificaciones. Creo que si además de eso le hubiera podido conjugar la pobreza, hubiera sido un verdadero milagro.
::: Muchos dicen que la pobreza no se reduce si no se tiene un estado democrático, respeto a las leyes. ¿Eso lo tiene el país ahora?
En Nicaragua no fue por falta de inversiones que la pobreza aumentó, porque en esos 16 años la pobreza no desapareció. Pero fíjese cuánta riqueza aumentó. Vea los edificios de los bancos, las grandes empresas, vea los grandes capitales, el fortalecimiento de los grupos económicos durante ese período. La privatización de la energía eléctrica y las telecomunicaciones han significado grandes capitales. Me parece que no es correcta la reflexión de que por falta de estabilidad o seguridad jurídica es que aquí había poca inversión (…) Lo que sucede es que la estructura económica, el embudo que se creó, chupaba para arriba y no repartía para abajo. Pero en los últimos cuatro años la transformación que está sucediendo es que el embudo está repartiendo para abajo con una implicación adicional. Cuando el presidente Ortega anunció su primer bono solidario para aliviar la situación de 150 mil familias ligadas a la planilla del Estado, hubo una reacción totalmente visceral de empresarios y economistas de derecha, que decían ‘esto va a ser dañino para el país’, etc. El sector privado rápidamente se dio cuenta de que esa medida también los favorecía. Me parece que la estrategia de consenso que ha promovido el presidente Ortega se ha traducido en una visión nueva, que consiste en que ahora la inmensa mayoría de los empresarios han descubierto que si la gente humilde prospera, eso los favorece a todos.
::: El bono se critica porque la Ley de Presupuesto no permite que una empresa privada le pague dádivas al empleado público. ¿Por qué no pasarlo al Presupuesto y se ajusta a lo que dice la ley?
Le quiero decir que ese argumento leguleyesco, sobre el tema de apoyar a la gente humilde y de tratar de antagonizar las políticas del Gobierno, fue estudiado detenidamente por el Fondo Monetario, Banco Mundial y la comunidad internacional. Hubo un compás de espera en una firma de un convenio con el Fondo Monetario, porque surgió la duda de que si esto era correcto y se reconoció que era perfectamente legal porque hay numerosos programas (similares) de menor cuantía y de menos alcance. Por ejemplo, hay empresas que facilitan computadoras a los niños que vienen a fortalecer en las escuelas públicas la labor del Estado.
::: ¿Qué sugiere que se pueda cambiar en la política del actual gobierno?
Si hubiera estado en una condición independiente yo le hubiera respondido esa pregunta, pero como el Presidente me ha distinguido como asesor de él, entonces mis consejos es correcto que se los diga a él en privado, porque si se los digo en público puede interpretarse como un “disparo”, una crítica o algo que no es consecuente con la confianza que el Presidente le ha dado a uno.
::: ¿Cómo logra ser un consejero del presidente Ortega, porque hace un par de años no se le miraba tan cerca?
Mis vínculos con la revolución son profundos y desde antes del 79… Yo formé parte de la Comisión que redactó el programa de Gobierno de Reconstrucción Nacional en el 79. Fui director del BCIE cuando el presidente Ortega era el coordinador de la Junta de Gobierno y ya desde ese tiempo tuve el privilegio de trabajar directamente con él, y desde entonces me honraba con su confianza. Luego me pareció que la revolución no iba por buen camino, yo me aparté y en vez de irme a la Contra decidí trabajar por la paz y ayudé a promover la Unión Nacional Opositora, y eso significó que estuviera en la acera de enfrente. Pero una cosa es tener ideas políticas distintas y otra es ser un adversario o ser un enemigo. Yo nunca dejé de ser amigo de mis amigos sandinistas, de igual manera que tengo amigos liberales.
::: ¿Usted es sandinista?
Soy socialcristiano. Soy demócrata cristiano de origen.
::: ¿Es amigo del presidente Ortega?
Sí. Soy amigo personal del Presidente y también tuve el privilegio de la amistad de la compañera Rosario Murillo desde que éramos jóvenes.
::: ¿Qué méritos tiene Daniel Ortega para continuar en la Presidencia?
El éxito de su gobierno creo que lo hace meritorio de que continúe en la Presidencia y sea reelecto. Es un Gobierno exitoso y contra el éxito no hay argumentos que valgan.
::: ¿Aunque la Constitución prohíba que él sea candidato?
Ese es un debate jurídico. Yo me atengo a una sentencia de la Corte Suprema Justicia. Tengo amigos que me dicen que esa sentencia no debió ser, pero veo que en Costa Rica ocurrió algo muy parecido (…) Puedo entender que haya dos puntos de vista, pero el hecho político consiste en que aquí hay una sentencia que respalda la candidatura del presidente Ortega, en mí opinión.
::: Se teme que el resto de países no reconozcan un nuevo gobierno de Ortega y se aísle a Nicaragua.
Hubo el mismo debate en Costa Rica y en Colombia. Creo que el presidente Ortega tiene mucho más prestigio del que a veces los medios de comunicación locales quieren reconocer… Creo que podría haber gobiernos que por razones de antipatía opinen que el Gobierno no es legítimo, pero es el voto popular es que el va a definir la legitimidad.
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