El obispo auxiliar de la diócesis de Managua monseñor Silvio Báez dijo que mientras el Código de Ética Electoral que regula a partidos políticos, periodistas y organismos civiles no permite críticas al actual proceso electoral, por otra parte quedan ausente regulaciones como la manipulación religiosa en un Estado laico.
Báez expresó que aún no queda claro la intención de este reglamento de ética, pues mete en un mismo bolsón a políticos, periodistas y organismos de la sociedad civil.
“Me queda la duda que es lo que hay detrás de esta norma, porque si lo que se quieren es callar toda crítica, entonces estaríamos frente un hecho grave, a como es la violación a la libertad de expresión y libertad de prensa”, dijo el prelado.
Comentó que para la Iglesia el tema de la injuria, la calumnia y la ofensa es un punto donde estarán muy atentos, ya que este proceso electoral se debe realizar un ambiente de tolerancia.
“Todos los cristianos debemos ser tolerantes, guardar el debido respeto en el proceso democrático, pero si lo que se pretende (con el código) es callar la voz de los partidos políticos, que los periodistas no puedan ejercer con libertad, o que el pueblo no se manifieste, me parece que la cosa es grave, ya que sería una limitación a la libertad de expresión y una violación a la Constitución del país”, recalcó el obispo auxiliar de Managua.
PROPAGANDA ESTATAL DESLUCE AL GOBIERNO
En cuanto a la propaganda electoral en el Estado, el padre Miguel Mántica dijo que le “indigna cada vez que llega a un ministerio y veo todas las paredes empapeladas con mensajes partidistas”.
Agregó que no es correcto colocar esa propaganda explícita del gobierno en el Estado, pero además es contraproducente, ya que indica que sólo se atiende a un segmento de la población.
“Otro punto de la propaganda del gobierno, es que no se hace de manera legal que el resto de partidos que participan en la contienda”, refirió el padre Mántica.
Sobre el mismo tema, monseñor Báez dijo que en Nicaragua estamos viviendo un fenómeno de los años 80 y que no se superó del todo, a como es la confusión del Estado-Partido. Señaló que una cosa es el partido político y otra cosa es el Estado.
“Los nicaragüenses deben sentir que quien los gobierna, gobierna para todos y no es el secretario político de un partido. Ver en el Estado propaganda de un partido político, utilizar los bienes del Estado para hacerle propaganda a un partido, desluce al gobierno”, criticó Báez.
GOBIERNO NO DEBESER “CRISTIANO”
En el caso de manipulación religiosa, monseñor Báez dijo que el asunto es más complejo, y como Iglesia tienen que afrontarlo con mayor profundidad.
“Me limito a decir que el Estado de Nicaragua es laico, aquí no hay religión oficial. Nicaragua no es un Estado que confiese una religión en particular, por lo tanto el gobierno no puede ni tiene la necesidad de ponerle el adjetivo de cristiano, de revestir con una aureola religiosa sus realizaciones y proyectos. ”
“En un Estado moderno a como se supone es el país, los programas y proyectos del gobierno deben de valer por si solos. No le pueden poner los adjetivos, mucho menos el adjetivo cristiano que tiene unas connotaciones espirituales, de experiencia de fe y de dimensiones de Iglesia”, dijo el prelado.
VERIFICACIÓN Y OBSERVADORES
El padre Mántica también se refirió a la verificación ciudadana y dijo que la Conferencia Episcopal ha insistido que entre más transparencia haya en este proceso electoral, más garantía de credibilidad va a tener.
Monseñor Báez dijo que no entienden porqué el Consejo Supremo Electoral (CSE) presentará hasta en agosto la normativa de observación electoral, cuando es necesaria la observación nacional y extranjera.
“No entendemos porqué a veces el proceso de cedulación es escondido o secretista y otras veces favoreciendo a un determinado partido”, señaló el obispo auxiliar de Managua.
Además expresó que la pluralidad política es para la Iglesia, el mejor sistema político para la convivencia y el bien común de la población. “La democracia no sólo se limita al voto, la doctrina de la Iglesia dice que es el momento donde los ciudadanos pueden ejercer su voluntad soberana de confirmar al gobernante o de sustituirlo oportunamente”, dijo el obispo Báez.
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