Buenos Aires/EFE
Lionel Messi y Neymar compartían con Diego Forlán el escaparate de las mejores ofertas de futbol de la Copa América 2011, pero los dos primeros se fueron tempranamente a casa en una competencia caracterizada por la falta de audacia ofensiva.
El jugador que mayores posibilidades tiene de ser el goleador del torneo es el uruguayo Luis Suárez, quien ha marcado tres hasta ahora, la mitad de los que anotó el brasileño Robinho, el máximo realizador en la edición de Venezuela 2007.
Faltan entradas para que los aficionados uruguayos y paraguayos acudan al estadio Monumental el próximo domingo a la final. Los boletos se vendieron con varios meses de anticipación.
Forlán, el mejor futbolista del Mundial de Sudáfrica 2010, podría repetir esa distinción en Argentina y es posible que un competidor suyo surja de su propia selección: Suárez, si de él depende la obtención de un título.
Es improbable que el mejor del torneo sea un portero, e injusto, aunque haya candidatos para ello como el uruguayo Muslera, el paraguayo Villar y el venezolano Vega, entre los principales. Se sabe, al futbol le seduce más premiar a los delanteros.
Messi fue el mejor de un equipo argentino que carece de una línea de juego, plagado de figuras dispersas, presionadas por la sequía de títulos que pronto cumplirá 20 años, y Neymar no encontró oportunidades de destacar en una formación con escaso predicamento cerca y dentro del áreas.
El chileno Alexis Sánchez jugó menos de lo esperado, preocupado por la resolución de su traspaso al Barcelona.
Lejos han quedado los tiempos de goleadores en la Copa América, entre los cuales hubo varios que marcaron hasta cinco goles en un partido, como ocurrió con Héctor Scarone, en el 6-0 de Uruguay a Bolivia, en 1926; Juan Marvezzi, en el 6-1 de Argentina a Ecuador, de 1941; José Manuel Moreno, en el 12-0 de Argentina a Ecuador, en 1942; y Evaristo, en el 9-0 de Brasil a Colombia, en 1957.
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