GUATEMALA/ ACAN-EFE
La matanza de 250 campesinos perpetrada en 1982 fue una acción “planificada” por el Ejército guatemalteco, aseguró ayer un experto peruano en asuntos castrenses, durante el juicio que se celebra en Guatemala contra cuatro exmilitares acusados de ser los responsables de esa masacre.
Rodolfo Robles, un general retirado de las fuerzas armadas de Perú, radicado en Guatemala desde hace 11 años, presentó ante el Tribunal de Alto Riesgo que conoce el caso el peritaje técnico-militar que hizo al expediente del proceso judicial, en base a los testimonios de testigos y a estudios de la doctrina nacional de seguridad.
Según su análisis, la patrulla de “kaibiles” o agentes de fuerzas especiales del Ejército que cometió la masacre, el 7 de diciembre de 1982 en la comunidad norteña de Las Dos Erres, “actuó en forma planificada”, en el marco de un planeamiento político y de estrategia militar.
HAZAÑAS DEL GRUPO ÉLITE
Los kaibiles son un grupo élite del Ejército guatemalteco, entrenados para combatir en condiciones adversas y que cobraron fama a nivel mundial durante la guerra interna que vivió Guatemala entre 1960 y 1996, por los sanguinarios ataques en contra de la población civil.
“La operación fue ordenada por el Estado Mayor General del Ejército y la misión era recuperar 16 fusiles que habían sido robados por la guerrilla en el mes de octubre (de 1981) durante un enfrentamiento armado” afirmó Robles.
El experto explicó que para ejecutar el operativo, fueron integrados cuatro grupos de militares: el de mando, el de apoyo, el de seguridad y el de asalto.
Los cerca de 60 militares que participaron en la operación, según Robles, llegaron a la comunidad la noche del 6 de diciembre de 1982 y “se vistieron de guerrilleros para confundir a la población” antes de la masacre. Luego separaron a la gente por edad y sexo y comenzaron a matar.
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