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Eso, en resumidas cuentas, casi todo está mal con la cinta, el sentimiento de diversión enorme y ridícula que marcó la original de 1982 desapareció y en su lugar colocaron una serie de batallas genéricas con espada y conversaciones innecesarias que le dan un aire demasiado serio.
Pelea, plática, pelea, plática, pelea, plática y después una gran secuencia de acción seguida por un desenlace que abre la posibilidad para una segunda parte (por favor no la hagan), esa es la estructura básica. A pesar de parecer tan simplista, la cinta del director Marcus Nispel está tan llena de acontecimientos que logra aturdir la mente.
El hecho de que se haya convertido en una cinta confusa y obscura, que casi no usa el 3D a pesar de tenerlo, no ayuda mucho, en algún momento apunté en mis notas: “Ataque con una serpiente bajo el agua incomprensible”, eso es en general.
Hay muy pocas cosas que pueden ser placenteras en el nuevo Conan, aparte de ver al musculoso y alto Jason Momoa, una nueva estrella de las películas de acción.
El guión es obra de tres escritores, se basó en el personaje de Conan de Robert E. Howard, pero los involucrados seguramente prefieren que no crean que se trata de un refrito.
La cinta que marcó el estreno de Arnold Schwarzenegger como estrella de cine, parece sumamente pasada de moda casi 30 años después, pero todavía funciona tan bien como una aventura épica y uno de esos placeres cinematográficos de mal gusto.
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