Hermanas por el cine

Arnulfo Agüero

El documentalismo y la ficción que rescata las identidades de Nicaragua y en particular de la Costa Caribe, ha sido la más grande aventura de las cineastas María José Álvarez y Martha Clarissa Hernández.

Ambas se conocieron en los albores de la revolución en 1979 y llegaron a ser, una directora y la otra productora del Instituto Nicaragüense de Cine (Incine). En los años noventa fundaron su propia productora Luna Films y en los últimos años han sido promotoras del Festival ICARO de cine y vídeo centroamericano.

En los últimos seis años han trabajado en la dirección y producción de la película The Black Creoles , la que ha sido presentada en Bluefields, Laguna de Perlas y Haulover, asimismo en los cines de Managua. En diciembre el filme volverá a la URACCAN.

Esperan llevarla a las comunidades negras de Puerto Limón, en Costa Rica y después a Washington a través del Banco Interamericano de Desarrollo, la Universidad de Howard y Universidad de Texas.

Historias paralelas

La historia de las cineastas es paralela, sus vidas están unidas por el mismo guión: el cine y el vídeo documental y de ficción nicaragüense, lo que implica hablar de dos pasiones hermanadas por el séptimo arte.

A María José Álvarez Sacasa desde joven le fascinó incursionar en el mundo de las imágenes, coleccionaba reportajes de la National Geografic, Life magazine, y según ella la televisión en blanco y negro fue lo que le marcó su imaginario fílmico.

Además fue parte de un cine fórum intercolegial con los padres jesuitas donde veían películas no comerciales, como las del productor italiano Federico Fellini o el español Luis Buñuel, volviéndose cinéfila, recuerda.

En un principio intentó estudiar Publicidad, luego Filosofía, pero se encaminó por la historia del arte y la fotografía documental cuando ingresó a la Escuela de Bellas Artes, en Boston.

En esta ciudad convivió con los migrantes, los que fotografió. Otra experiencia similar la realizó en la Nicaragua insurreccional de 1979, época en la que se encontraba atrapada por la imagen social e histórica.

Cuando le dijeron que se estaba fundando el Instituto Nicaragüense de Cine (Incine), en los inicios de la revolución, regresó a Managua. Así entró como la primera mujer directora a esta grandiosa aventura del cine documental y la realización de noticieros en cinta de 35 milímetros.

“Fue como un despertar, la fruta que se reventó fue este primer comienzo de la cinematografía nicaragüense”, dice con satisfacción la cineasta que tuvo la oportunidad de experimentar el cine sonoro y documental con formatos de 16 y 35 milímetros y ser asistida por asesores de varias partes del mundo.

Cada mes tenían que investigar un tema y contar sus historias. Le tocó junto a Martha Clarissa Hernández y su equipo de camarógrafos filmar los documentales: La Cruzada Nacional de Alfabetización ; País pobre, ciudadano pobre; Los trabajadores , y otros sobre la Costa Caribe.

A finales de 1983 se marchó de Incine cuando fue cerrado, todavía no había acumulado experiencia en manejo de los guiones, pero años después se desarrolló en este campo, precisó.

Su inquietud la llevó a fundar en la Costa Caribe la publicación bilingüe Sunrise , y el canal Bluefields TV (BTV9) que duró cinco años, con orientación hacia el proceso de la autonomía regional.

Clarissa en el teatro

En todos estos caminos recorridos María José ha dejado sus huellas. La productora y teatrista Martha Clarissa confiesa orgullosa que “en estos proyectos maravillosos hemos dejado el pellejo”.

Su primera historia personal viene de la hermana república de Honduras. Estudió Literatura en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, fue actriz de la Compañía Nacional de Teatro, y directora de teatro infantil. Su tesis de graduación en literatura fue escribir sobre la obra de El Güegüense .

El escritor hondureño Roberto Sosa fue su maestro y su inspiración en el campo de la literatura, pero fue a través del escritor Carlos Alemán Ocampo, entonces su profesor en Honduras, que llega a contactarse con gente de Incine, un diciembre de 1979.

“Yo entré en el mundo del cine por la actuación, fui actriz de un corto de ficción en Honduras, Miss Amnesia , inspirado en un cuento de Mario Benedetti, que es la unión de la literatura y el cine”, explica.

Durante su estadía en Incine trabajó con el sistema “aprender-haciendo” en la producción, en los guiones, participó en varias investigaciones y realizaciones, y en más de cincuenta noticieros y documentales.

A partir de los años noventa, la historia de ambas cambió al ser productoras independientes, cuando dieron a conocer su película Lady Marshall , en 1990, y crearon su nueva empresa cinematográfica Luna Films.

“Mucha de la obra con María José está centrada en Centroamérica. Me siento tan hondureña como nicaragüense. Espero no morirme antes sin saber que tenemos un pasaporte centroamericano”, externa esperando ver cumplido su sueño.

Con esta visión de ver a Centroamérica como una sola patria es que organizan el festival del ICARO de cine y vídeo, que en Nicaragua tendrá presentaciones entre el 29 de septiembre y el 5 de octubre del 2011.

Su reciente participación en la película The Black Creoles la ve como “un diplomado en cultura creol, enriquecedora y educativa”.

Por otro lado Martha Clarissa también ha logrado realizar otras producciones como la película documental Algo queda , de Luciano Capelli y Andrea Ruggeri, filmada en Nicaragua en 2001.

Y del cortometraje de ficción La justicia viene del norte , del director Argentino Miguel Monte, producida para la OEA. Asimismo del largo metraje documental La llegada de Karla , del cineasta holandés Koon Suidgeest.

Además Hernández es coproductora y directora de una nueva serie de 16 capítulos que producirá Puntos de Encuentro, la mayoría con mujeres, y que trata sobre la historia de una familia en Granada. Su lanzamiento está previsto para octubre de este año, anunció.

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