Por Eduardo Cruz
Las trabas que inexplicablemente está poniendo el Consejo Supremo Electoral para no acreditar a los observadores electorales nacionales, hace que estos últimos busquen nuevas formas para vigilar las elecciones del próximo 6 de noviembre. Roberto Bendaña, del organismo Hagamos Democracia, relata en qué consisten los obstáculos que pone el poder electoral y señala los retos que existen para los observadores nacionales y cómo están sufriendo discriminación y la violación a sus derechos humanos y civiles.
:::¿A qué se debe que no han sido acreditados por el Consejo Supremo Electoral como observadores?
Lo último que sabemos es que el vocero Félix Navarrete dijo que no nos han acreditados porque nosotros solicitamos ser observadores electorales y que lo que cabe es solicitar que nos acrediten como acompañantes electorales. En el transcurso de la semana hemos escuchado al magistrado presidente decir que estamos fuera de orden. El día martes introducimos nuevamente una corrección a nuestra solicitud en donde hacemos el planteamiento en vez de observador, sin embargo lamentamos seriamente esta actitud. Nuestra solicitud es consecuente con la de la OEA, que el mismo señor Insulza lo dijo, que aunque aquí lo llaman acompañante ellos lo que van a mandar es una delegación de observadores. Yo no veo porqué le van a dar un trato favorable a un organismo internacional y no a un organismo local.
:::¿Qué siente ante esa desigualdad?
Lo primero que le informamos a Insulza es sobre el atropello que Hagamos Democracia está recibiendo de parte del Consejo Supremo Electoral, creemos que se está irrespetando no solo la Ley Electoral, sino la Constitución de la República al hacer caso omiso, al ni siquiera recibirnos y atendernos como ciudadanos que tenemos derechos de visitar las oficinas públicas, de demandar información y que se nos atienda.
:::¿Cómo es posible que hayan esas trabas?
Nosotros tenemos una actitud de ganar-ganar, positiva, no valoramos si nos acreditan es buena suerte o si no es mala suerte. Creemos que ante estas crisis hay que buscar oportunidades. Quisiéramos que se nos garantizara y se nos respetara nuestro derecho como manda la ley, y hacer las cosas oficialmente y ser acreditados y participar bajo las reglas del Consejo Supremo Electoral y bajo las leyes nacionales e internacionales de observación electoral. Pero si el Consejo no lo ve así y no nos acredita, nosotros vamos a participar como observadores no acreditados, pero vamos de todos modos, tal vez con un poco de dificultad, a lograr nuestro objetivo principal que es minimizar la abstención para que vote la mayoría de los ciudadanos, igual que en 1990.
:::¿Por qué hay tanta tensión entre los grupos de observadores y el Consejo Supremo Electoral?
Es también vicepresidente de la Cámara de Comercio Americana Nicaragüense (Amcham). Es productor de café especial.
Tiene una Maestría en Administración de Empresas de Richmond College de Londres y una licenciatura en Análisis de Negocios de Texas A & M University.
Se ha desempeñado como representante de Nicaragua ante la Organización Internacional del Café.
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Esa pregunta tendría que hacérsela a los magistrados del Consejo, pero por las simples declaraciones, (e) inclusive en un comunicado decían que lamentan “que los autollamados miembros de la sociedad civil”. Entonces yo quisiera aprovechar para aclarar que nosotros no somos autollamados, nosotros somos un organismo aprobado por la Asamblea. La Asamblea nos llama Asociación Hagamos Democracia, y además de eso estamos inscritos y registrados en el Ministerio de Gobernación.
También nos han tildado de ser opositores, de que pertenecemos a un partido político y todo eso es totalmente falso. Naturalmente, como ciudadanos estamos en todo nuestro derecho de tener alguna preferencia por algún candidato, sin embargo, como institución somos totalmente independientes y no estamos afiliados ni militamos en ningún partido. Si fuera así, los mismos magistrados sí son militantes de partidos políticos, ¿por qué ellos sí pueden y los ciudadanos no?
:::¿Qué síntomas le ven a este proceso electoral?
Hagamos Democracia ha aplazado al Consejo Supremo Electoral en la verificación y en la cedulación y es totalmente lamentable que, teniendo tanta experiencia todos los magistrados, a como ellos mismos “fachentean”, estén en estos niveles, realizando tantos errores. Claramente son errores diseñados a propósito, porque ya no podemos dudar de la capacidad de ellos.
:::¿Se puede hablar de un proceso fraudulento?
El tema de la verificación y el de la cedulación sí son indicios de formas legales de arrastrar los pies y contribuir a un fraude. Sin embargo, con la publicación de la guía para los miembros de las juntas receptoras de votos, que inmediatamente salieron con un comunicado de prensa diciendo que eso no era oficializado y que por lo tanto no valía, con esa guía estaba clarísima la ruta del fraude, no solo porque va a haber una boleta única en vez de cuatro boletas, y que no permite ese tipo de boleta cumplir con la Ley Electoral para crear el expediente de los votos nulos en sobre sellado como lo manda la ley, sino porque no va a haber una copia fiel del acta.
:::¿Qué va a pasar si no los acreditan finalmente?
Para nosotros eso es lo menos importante.
:::¿Qué es lo más importante?
Nuestro ejército cívico, democrático de 9,600 voluntarios observadores van a estar presentes en cada centro de votación, van a recoger los resultados de alguna forma u otra, así como se filtró esta guía a los miembros de juntas receptoras de votos, se va a filtrar la información de cada Junta Receptora de Votos.
:::¿Cómo han hecho para aglutinar a esos 9,600 observadores?
Con la experiencia de varios años conocemos las localidades, líderes democráticos con experiencia en fiscalizar, en ser miembros de mesa, en observar elecciones, pero además nos dimos a la tarea desde septiembre pasado a contratar con fondos que nos facilitó la cooperación internacional, no por injerencismo sino por el valor que ellos le ven a la democracia, como la Unión Europea y el gobierno de Finlandia. Con estos recursos contratamos coordinadores departamentales y también promotores que se han dado a la tarea de reclutar voluntarios.
:::¿Están capacitados estos observadores?
Son gente con experiencia en procesos pasados y son líderes de sus comunidades y tienen su metodología de capacitación bastante peculiar. También contamos con tecnología, con una página web, con una plataforma que nos ha permitido hacer periodismo ciudadano a través de mensajes SMS, mandar mensajes a los celulares de toda nuestra red, al mismo tiempo recoger mensajes de ellos. Tenemos varios frentes, vamos a hacer un cambio en la forma de observar porque somos innovadores y queremos utilizar tecnología nueva.
:::¿Cómo ha visto a la Fiscalía Electoral?
No nos hemos fijado mucho en la labor (de la Fiscalía Electoral) porque vemos que es bastante inexistente. Hay muchos delitos electorales que se están dando, comenzando con el uso de los recursos del Estado para hacer campaña y ellos se quedan sordos y mudos, pero es resultado de la partidización del Estado.
:::¿A su criterio los opositores debieron correr en estas elecciones?
Definitivamente que sí, es un derecho y una obligación.
:::¿Pero con tantas denuncias de ilegalidades?
Por eso es que hemos decidido solicitar la acreditación, indistintamente que los magistrados sean de facto y sean ilegales, y que los candidatos sean ilegales y que algunos candidatos tengan doble nacionalidad, son tantas las irregularidades pero es jugar bajo protesta, es como jugar beisbol, indistintamente que te den las manoplas más chapiollas, que no te den zapatos para jugar y el otro equipo esté súper uniformado y tenga todo, hasta los réferis comprados, pero si sos buen beisbolista le vas a ganar.
:::¿Hay algún “beisbolista” dentro de la oposición?
Hay una esperanza de que haya buenos beisbolistas, de que haya una buena fanaticada que venga el día del juego a ser testigo y que se cante “out” donde sea out, que se cante “foul” donde haya foul y si alguno de los candidatos mete un jonrón, pues que entonces la fanaticada no sea ciega al jonrón y se declare ganador al que gane.
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