EFE/ VIDA
Cuarenta años después del estreno de A Clockwork Orange , pocos recuerdan que Stanley Kubrick pudo firmar una de sus cintas más impactantes gracias a que los Rolling Stones se apearon del proyecto por un problema de agenda y acabaron revendiendo los derechos de la novela para el cine.
Cómo habría sido A Clockwork Orange con Mick Jagger como Alex DeLarge y el resto de la banda —Bill Wyman, Charlie Watts, Keith Richards y Brian Jones— en el papel de los inquietantes “drugos”, que bebían leche en el bar Milk More?
El director previsto era John Schlesinger, autor de películas como Midnight Cowboy o Marathon Man , y el proyecto pretendía dar un empujón a la carrera cinematográfica de Jagger, que estaba a punto de estrenar dos cintas llamadas al fracaso: Ned Kelly y Performance .
Aunque físicamente, el cantante de Brown Sugar podría haber funcionado como el psicótico y ultraviolento protagonista, se puede casi afirmar que la Historia del Cine agradeció que las agendas no cuadraran, pues parece improbable que el tándem Stones-Schlesinger pudiera superar el resultado del que hoy es un clásico del cine.
A Clockwork Orange , el libro, era una de las cinco novelas que Anthony Burgess había escrito deprisa y corriendo en 1961, para poder pagar la operación de su mujer, a la que habían diagnosticado un tumor cerebral.
Ver en la versión impresa las páginas: 3 B