EFE
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, manifestó ayer que el Gobierno “tiene evidencia” de que algunos de los incendios que han afectado al centro-sur del país son “atentados” cometidos por una “mano perversa y criminal”.
Hasta ahora, la oleada de incendios que comenzó la semana pasada ha afectado cuatro regiones, ha arrasado con más de 55,000 hectáreas y ha dejado ocho muertos, siete de estos el jueves mientras combatían las llamas en Araucanía, además de un desaparecido y dos heridos.
Piñera declaró en un acto en la ciudad norteña de Arica que el Gobierno ha puesto “los antecedentes en manos de la justicia” al presentar dos querellas criminales.
Una de ellas invoca la Ley de Seguridad del Estado en el caso del incendio de un autobús público y de una moto policial en Santiago el pasado miércoles, durante una manifestación de apoyo a los mapuches, y otra, referida a los incendios, se basa en la Ley Antiterrorista.
En cuanto a quiénes pueden ser esos autores, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, sugirió que detrás de esos incendios puede estar la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), una organización radical mapuche que la semana pasada reivindicó la quema de un helicóptero.
Los mapuches, principal etnia indígena del país, se concentran en Araucanía, donde se han enfrentado desde los años noventa a empresas agrícolas y forestales por la propiedad de tierras que consideran ancestrales.
En esa misma región se desató el pasado sábado el incendio en que ayer murieron siete brigadistas y otros dos resultaron heridos.
El portavoz del Gobierno, Andrés Chadwick, reiteró que existen indicios de que algunos incendios fueron intencionales, pero puntualizó que el Ejecutivo no señala a nadie y que ese punto se aclarará con la investigación judicial.
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