14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
Guillermo E. Miranda

Un mensaje para reflexionar

Me encontraba terminando un artículo sobre los números dados a conocer por el Instituto Nacional de Energía (INE) con relación a la más reciente alza al servicio eléctrico, cuando recibí dos llamadas consecutivas confirmándome el asesinato del comandante Pablo Negro, motivo por lo que dejaré para otro momento el análisis de cómo en un país donde en pleno siglo XXI existen más de doscientos mil hogares sin luz eléctrica y con 670 mil viviendo con un consumo inferior a 150 kilowatts por mes, consumo que equivale a cuatro bujías, un radio, un televisor, una plancha y un abanico; cómo, digo, con esos números puede alguien presumir que estamos saliendo de la pobreza, cuando en realidad seguimos viviendo en un inframundo en el que solo los banqueros y algunos comerciantes favorecidos por el régimen se enriquecen de manera odiosa. Pero como dije al principio en otro momento abordaré ese tema.

Hoy quiero referirme al mensaje que conlleva la ejecución del comandante Pablo Negro. Si algunos ingenuos todavía quieren seguir jugando a la democracia pueden seguir haciéndolo, los que no podemos engañarnos somos aquellos cuya naturaleza nos impide doblegarnos o rendirnos. Esos que no formamos parte del coro de pancistas que hoy celebran a Ortega jamás aceptaremos vivir bajo un régimen totalitario. A esa clase de hombres pertenecían los comandantes de la Resistencia Nicaragüense: Yajob y Pablo Negro.

Si hay algo que aprendieron muy bien quienes hoy nos desgobiernan es que un dictador que solo encarcela a sus adversarios es un dictador candidato al exilio o la cárcel en el corto plazo. Esa posiblemente sea la razón de dicha ejecución, motivo por el que considero su asesinato como un mensaje. Quienes dieron la orden lo que no saben o si lo saben, no quieren aceptarlo, es que cuando asesinaron al comandante Yajob, a este lo seguían una veintena de hombres, y hoy que es asesinado el comandante Pablo Negro, a este hay quienes aseguran que era seguido por varias decenas. Lo que significa que no importa cuántos Yajob y Pablo Negro caigan, estos seguirán multiplicándose y pueden estar seguros como que Dios existe, que llegará el día en que nos sacudiremos esta nueva dictadura como sucedió con las de Somoza y del mismo Ortega en los ochenta, aunque desgraciadamente tendremos que volver a pagar el precio, pues ningún dictador abandona el poder sin antes dejar tras él un pueblo ensangrentado. Mientras tanto no perdamos de vista al verdadero culpable de la desgracia que hoy nos enluta aunque trate de esconderse detrás de supuestas reingenierías, mientras manda a sus compinches a aceptar las migajas que les arroja el régimen. Solo hasta que nos hayamos sacudido a este y otros falsos líderes de los que me referiré en otro momento, tendremos derecho a soñar con una patria libre. Hace poco una dama conocedora de nuestra idiosincrasia, me comentó algo que calza a la perfección con el momento político que vivimos. Me dijo: “Guillermo paciencia y perseverancia, recuerden que la leche no hierve al primer hervor, sino hasta que está completamente caliente”. Así mismo la lucha por recuperar nuestra democracia podrá tardar un poco, pero ese día llegará, mientras tanto que descanse en paz nuestro hermano de lucha, Santos Guadalupe Joyas Borge (Pablo Negro).

 

El autor fue comandante de la Resistencia Nicaragüense.


Opinión mensaje reflexionar archivo
×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí