Una luna negra arrancada del cielo saltó a mi ventana y se arrastró sobre las paredespara ver mis ojos al momento de morir, o de soñar.El sueño es el ensayo de la quietud en la soledad de los Astros.La luna blanca tiene el diablo del engañoy hace que el destino toque muchas melodías desafinadas.No hay que engañarse ni desesperarse.Uno debe aprender a manejar el secreto de desamarrarlas serpientes ancianas que nos atan al tumulto de los pensamientos y hay que cantar disparates en versos rotos con la tensa lira libre.Hay que saber improvisar lunas negras matinales.Todo antes de morir, mientras morimos. Aunque vengan miserias, derrames cerebrales, reumatismos y arrugas.El sueño y la muerte siempre llegancuando la luna negra hace su rotación alrededor del Sol.
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