Por Wendy Álvarez Hidalgo y Lucía Navas
La inversión pública ha perdido “protagonismo” en la estrategia de lucha contra la pobreza en Nicaragua. Desde el 2006, esta muestra una tendencia a la baja, al pasar de nueve por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a 5.3 por ciento en el 2010, revela un informe publicado ayer por el Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp).
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De la Torre sostiene que la región debe “encontrar el camino para generar mayores recursos fiscales” y a su vez “aprender a gastar mejor esos recursos”.
Recomienda ampliar la base recaudatoria de impuestos si los gobiernos quieren tener más recursos para producir bienes públicos y beneficios sociales demandados por los ciudadanos.
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El estudio “Contribución de la inversión pública al crecimiento económico”, del investigador Adelmo Sandino, señala que la limitación de recursos externos, el creciente gasto corriente, la baja capacidad institucional y los problemas de programación y retraso en los desembolsos externos han incidido negativamente en la inversión pública.
“La estrategia de combate a la pobreza tiene un alto sesgo antinversión y prioriza los programas de transferencia”, apunta Sandino.
Este decaimiento de la inversión pública está afectando principalmente a educación, salud, vivienda y energía. La inversión en el sector productivo fue nula, advierte. En educación, por ejemplo, está pendiente la reparación o ampliación de unas 245 aulas; y en viviendas el Gobierno todavía no ha construido 21,110 de las planificadas entre el 2009 y el 2011.
Sandino señala que para aumentar los recursos y destinarlos a la inversión pública se necesita una reforma fiscal “que se centre en la reducción de los excesivos niveles de exenciones y exoneraciones al sector privado”.
GASTO EN POBREZA ESTANCADO
El gasto en pobreza también se mantiene estancado en los últimos siete años. Esto, pese a que los ingresos del Gobierno han crecido hasta un 18.2 por ciento con relación al PIB en el 2010. No obstante, este gasto se sitúa ese año casi al mismo nivel que en el 2004, que fue del 12 por ciento del ingreso bruto de Nicaragua, según el estudio “Responsabilidad fiscal contra la pobreza”, del consultor Armando Navarrete.
El gasto en pobreza en los últimos años, según Navarrete, se ha venido “deteriorando” porque se está priorizando más el gasto corriente en detrimento de la inversión. Por ejemplo, en el 2010 el gasto en pobreza ascendió a 847.9 millones de dólares, de los cuales solo el 36.8 por ciento correspondió a gasto capital.
“En Nicaragua, el gasto en pobreza muestra una clara tendencia a priorizar el gasto corriente, principalmente a partir del 2004. En ese año, el gasto corriente fue del 4.8 por ciento del PIB, en el 2010 casi se duplica con 8.2 por ciento del PIB”, explica Navarrete.
El experto advierte que Nicaragua está destinando sus recaudaciones en aspectos macroeconómicos y no en pobreza.
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