Recientemente ProNicaragua ha sido reconocida por el Banco Mundial como la agencia promotora de la inversión extranjera más eficaz de todas las que fueron evaluadas. Un premio justo a la labor de esa institución, del general Álvaro Baltodano y de su dinámico equipo, que confirma lo que las embajadas en Managua bien sabemos; la mejor puerta para la inversión extranjera es ProNicaragua.
El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación de mi país, D. José Manuel García-Margallo, se refería a Nicaragua en una comparecencia parlamentaria reciente reconociendo “el comportamiento impecable en materia de respeto al derecho de propiedad, libertad de empresas e inversiones” como elemento indispensable para el desarrollo del país.
Y es que Nicaragua ha alcanzado una renta media —todavía ciertamente muy baja— que aleja al país del grupo de los grandes receptores de ayuda al desarrollo del mundo. Una tendencia lenta pero inexorable y que abona la necesidad de compensar esta reducción a través de mayores flujos de inversión productiva en el país. Atraer la inversión extranjera es primordial para garantizar un crecimiento continuado y equilibrado de Nicaragua y así lo han comprendido sus autoridades, como atestigua el reconocimiento a ProNicaragua.
La presencia de las empresas españolas es muy importante en Nicaragua, con una vocación de permanencia y un compromiso con el crecimiento económico y la creación de puestos de trabajo. Además de las bien conocidas por todos, como son Movistar, Disnorte-Dissur, Barceló, Mapfre o Pescanova, hay una importante presencia de grandes empresas españolas en proyectos de cooperación y licitaciones internacionales, como es el caso de Tragsa, Cobra, FCC o Gamesa y un número creciente de empresas pequeñas y medianas de capital español. Quiero destacar la apuesta de la empresa española por los sectores estratégicos con alto valor agregado, como pueden ser energías renovables, manejo de recursos hídricos o turismo. El resultado es que España es el principal inversor y socio comercial de Europa en Nicaragua, con unas perspectivas de crecimiento muy prometedoras, tanto por la mayor presencia exterior de las empresas españolas en los últimos años, como por las ventajas que proporcionará la entrada en vigor del acuerdo de asociación UE-Centroamérica, en unos meses.
Aprovechar estas circunstancias tan favorables es tarea de todos y muy señaladamente de ProNicaragua, que en 2011 captó casi 1,000 millones de dólares de inversión extranjera, prácticamente duplicando la cifra del año anterior. Ofrecer un marco estable, garantizar la seguridad jurídica, favorecer las buenas prácticas y la transparencia constituye la receta para que el inversor extranjero opte por Nicaragua, en lugar de otros países, más conocidos quizás. También es fundamental que, en el caso de plantearse una controversia, que no puede excluirse nunca, la seguridad jurídica vaya acompañada de una voluntad constructiva de negociación, que será la que finalmente permita llegar a los acuerdos satisfactorios para todas las partes implicadas.
Ventajas comparativas que Nicaragua está cosechando para apuntalar a su desarrollo y que lamentablemente hemos visto, que no siempre se aprovechan en los otros países de la región. La reciente decisión del Gobierno de Argentina de expropiar el 51 por ciento de la empresa YPF-Repsol, que ha enturbiado las relaciones bilaterales no solo de España, sino también con la Unión Europea y otros muchos países, ha supuesto una ruptura de un proceso de negociación en marcha, con una medida que es contraria a su propia Constitución, a las leyes y a los acuerdos internacionales suscritos por ese país. También es una medida discriminatoria, pues la declaración de utilidad pública solo afecta a las acciones que Repsol tiene en YPF y no a los demás accionistas privados. Una vez tomada esa decisión que yo considero desafortunada y que no va a beneficiar a medio y largo plazo a nadie —veremos si en lugar de Repsol se hace con YPF una empresa de capital chino, si ya no hay dificultades para la denominada “soberanía energética”— ya solo queda culminar la expropiación con una compensación justa, que en caso de no producirse tendrá un efecto devastador sobre la confianza del inversor extranjero —no ya solo español— en un país por otro lado tan extraordinario como Argentina.
Mis felicitaciones a ProNicaragua por el respaldo que ha recibido del Banco Mundial, con este reconocimiento y reitero mi permanente compromiso para continuar impulsando una mayor presencia de capital inversor extranjero a favor del desarrollo de Nicaragua.
El autor es embajador de España en Nicaragua
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