Por Sergio León/Elizabeth Romero
La Policía Nacional investiga a tres colombianos capturados el pasado 24 de abril en Bluefields, Región Autónoma Atlántico Sur (RAAS), que se movilizaban en esta ciudad con cinco adolescentes, entre los 14 y 20 años de edad, supuestamente víctimas de la trata de personas.
La propuesta pretende unificar las medidas jurídicas contra estos delitos, en la región centroamericana, Belice y República Dominicana. “Es una oportunidad para decir a los delincuentes que hay Estados fuertes y que será perseguido en toda la región”, dijo Philippe Barragne, representante de Unicef en Nicaragua, quien apoya este Convenio.
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Esta información coincide con la denuncia que realizó el jueves pasado Mirna Cunningham, presidente del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas, sobre miembros del crimen organizado que están pagando hasta 2,000 dólares por niñas de entre los 10 y 15 años de edad, en las comunidades de Waspam-Río Coco para fines de explotación sexual.
Según las autoridades, estos colombianos están vinculados con el boxeador Evans Quinn Duncan, también capturado hace poco con más de 3,860 dólares en denominaciones de 20 dólares y portando dos armas cortas.
“En la casa donde capturaron a Quinn se encontraron cinco muchachas, que presuntamente iban a ser trasladadas por Quinn”, declaró el subcomisionado Rolando Coulson.
El funcionario policial también informó que las muchachas y los colombianos junto con Quinn ingresaron a Bluefields la noche del 23 de abril, provenientes de Puerto Cabezas, vía acuática y se alojaron en un hotel ubicado en las inmediaciones de la ciudad.
Dos de las muchachas son de Puerto Cabezas, dos de Bluefields y una de Managua. Esta última tiene 14 años y las otras están entre los 19 y 20 años”, confirmó el funcionario policial.
Coulson agregó que se está trabajando en coordinación con la Fiscalía y la Comisaría de la Mujer para pasar un expediente que vincula a los tres colombianos junto con Quinn en el delito de trata de personas. Quinn antes de ser trasladado a la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) de Managua declaró que es amigo de los colombianos.
MIEDO A NARCOS
Según Cunningham, no hay estadísticas ni denuncia de padres o madres, pero sí denuncias de organizaciones de mujeres que trabajan en las zonas, pero lo hacen con miedo porque no hay programas de protección para organismos defensores de derechos humanos.
“Hay miedo al crimen organizado y es preocupante porque esas comunidades aisladas son más vulnerables y el delito se está dando de forma silenciosa”, agregó Cunningham.
Esta información también coincide con una denuncia que está investigando la Asociación Nicaragüense pro Derechos Humanos (ANPDH), efectuada por una ciudadana hondureña sobre el tráfico de menores nicaragüenses que han sido sacadas hacia el sector de Trojes, en Honduras, fronterizo con Teotecacinte, Jalapa.
La información recibida indica que las adolescentes son sacadas por puestos fronterizos de Teotecacinte, por el sector de El Tablazo, Río Coco y en zonas de San Andrés de Bocay.
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