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La OTAN despliega su escudo antimisiles a pesar de hostilidad rusa

La OTAN declaró oficialmente iniciada este domingo la primera fase del escudo antimisiles destinado a proteger a Europa de Medio Oriente, en particular de Irán, un proyecto liderado por Estados Unidos a pesar de la dura oposición de Rusia.

Por Jerome Rivet

CHICAGO, EE.UU./AFP

La OTAN declaró oficialmente iniciada este domingo la primera fase del escudo antimisiles destinado a proteger a Europa de Medio Oriente, en particular de Irán, un proyecto liderado por Estados Unidos a pesar de la dura oposición de Rusia.

“Defenderse contra los misiles es indispensable. Nos enfrentamos a amenazas reales”, afirmó el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, antes de la apertura de la cumbre de la Alianza que se celebra hasta este lunes en Chicago.

Los jefes de Estado y de gobierno de los 28 países miembros empezaron su cumbre, destinada básicamente a preparar el fin de la intervención militar en Afganistán, dando por concluída la fase inicial de desarrollo del proyecto. El objetivo es desplegar totalmente el nuevo sistema de defensa en cuatro etapas, de aquí a 2018-2020.

El proyecto estuvo en estudio durante varios años y fue lanzado oficialmente en el 2010. Es el programa más importante de la Alianza Atlántica, una coalición militar cuya razón de ser desde hace seis décadas es la defensa común de Occidente frente a cualquier tipo de amenaza.

Para la OTAN, la principal amenaza no proviene de Rusia, como sucedió durante la Guerra Fría, sino de países de Medio Oriente o de otras regiones que adquirieron la capacidad de lanzar misiles contra Europa.

La OTAN ha identificado hasta treinta naciones dentro de ese grupo potencialmente hostil, pero la principal preocupación es Irán, que posee misiles balísticos con un alcance de 2.000 a 2.500 km, capaces de impactar el sureste de Europa.

El escudo estará compuesto por un radar de gran potencia en la Anatolia turca, misiles SM-3 desplegados a bordo de fragatas Aegis en el Mediterráneo e interceptores en Polonia y Rumanía. Toda la estructura será controlada desde la base de Ramstein, en Alemania.

La arquitectura, el diseño y el despliegue de ese novedoso escudo han sido financiados totalmente por Estados Unidos. Los aliados europeos se limitaron a pagar la distribución de los equipos y la estructura de control.

Este proyecto se ha convertido en los últimos años en el gran objeto de discordia entre la OTAN y Rusia. Moscú considera ese escudo como una amenaza para su seguridad y exige ser parte del sistema o garantías de que no afectará su capacidad de disuasión.

La Alianza rechaza categóricamente esa posibilidad. El ministro ruso de Defensa, Anatoli Serdiukov, advirtió a principios de mayo que las negociaciones “estaban prácticamente bloqueadas”, lo que explicaría la ausencia del presidente Vladimir Putin de la cumbre.

Rusia amenaza con activar sistemas de defensa antimisiles y con desplegar misiles Iskander en Kaliningrado, un enclave ruso a las puertas de la UE, si no obtiene concesiones.

Algunos expertos dudan de la eficacia de ese paraguas antimisiles de la Alianza Atlántica. “Subsisten numerosos interrogantes técnicos”, señaló Nick Witney, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, para quien tampoco está claro que países como Irán consigan realmente atacar el territorio europeo.

Internacionales Antimisiles hostilidad Otan Rusia archivo

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