Wilder Pérez R.
Las 38,000 toneladas de sedimentos que cada día recibe el río San Juan desde Costa Rica podrían multiplicarse “por mil” con las lluvias, aseguró un grupo de expertos que pidió se declare alerta amarilla en la zona.
El temor se basa principalmente en lo que ocurrió hace apenas tres meses, en plena temporada seca del año, cuando no había lluvia.
En esa ocasión, la cantidad de sedimentos pasó de 3,800 toneladas diarias a 38,000, sin que se presentaran lluvias de importancia en la zona, gracias exclusivamente a la construcción de la carretera tica junto al cauce del río San Juan.
De acuerdo con los expertos, los impactos inevitables más trascendentales son “la perturbación del terreno natural”, es decir, la destrucción de la naturaleza; “la perturbación del hábitat de la fauna y vida silvestre”, o sea, de los animales; y “la perturbación del medio físico y social”, que son la gente y la utilidad del río.
Como resultado, está la transformación de bosques y humedales, alteración a la navegación turística y comercial, daños a la biodiversidad, áreas inundadas, alteración al paisaje natural e impactos en la economía.
Los expertos están aglutinados en el Foro Nacional de Reciclaje (Fonare) y la Fundación Amigos del Río, con el apoyo del experto en el tema del río San, Juan Manuel Madriz Fornos y el geólogo William Martínez.
El Fonare demandó a Costa Rica ante la Corte Centroamericana de Justicia por daños al río.
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