Damasco/AFP
Para el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Guido Westerwelle, “Siria no dispone de ningún futuro con Asad. Tiene que dejar lugar para un cambio pacífico”.
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El emisario de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, pidió al presidente sirio Bashar al Asad que tome medidas “enérgicas” para terminar con los actos de violencia, tras la matanza de 108 personas el viernes y el sábado en Hula.
“Necesito que el presidente (Asad) actúe ahora y que las otras partes hagan lo que les corresponde del trabajo”, agregó Annan. “Le pedí que tomara medidas audaces ahora —no mañana, ahora— para crear las condiciones necesarias para poner en marcha el plan” de paz, dijo Annan a la prensa tras su encuentro con el mandatario.
No obstante, Asad dijo a Annan que el éxito de su plan de paz depende del “final del terrorismo (…) y de que se detenga el contrabando de armas”, indicó la televisión oficial. Desde el inicio de las revueltas, el régimen acusa a los opositores de “terroristas”.
Sobre la matanza en Hula, Hervé Ladsous, secretario general adjunto de la ONU encargado de las operaciones de paz, informó que una parte de los muertos de Hula fue víctima de esquirlas de obuses, lo que implica la responsabilidad del gobierno sirio, el único que recurre a armas pesadas.
Las otras víctimas murieron apuñaladas, lo que “designa probablemente a las ‘shabiha’ (milicias favorables al régimen). No veo razones para creer que un tercer elemento está implicado en la matanza”, agregó Ladsous.
En Ginebra, Rupert Colville, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, dijo que “parece que familias enteras fueron asesinadas en sus casas”.
Mientras, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) registró 98 muertos en los ataques de ayer; 61 civiles, nueve rebeldes y 28 soldados.
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