Jeniffer Castillo Bermúdez
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50,831 piezas, entre anaqueles, pupitres, pizarras, sillas y escritorios para maestros, están inservibles y requieren sustitución.
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En la comunidad El Tamarindo, situada en Madriz, hay una escuela. Se llama San Rafael y tiene una matrícula de 127 alumnos de primaria y secundaria, pero 30 de los que iniciaron el año escolar en febrero desertaron.
Para llegar a este centro de enseñanza los estudiantes, en su mayoría, deben recorrer distancias de hasta tres kilómetros y todavía arriesgan la vida porque su escuela está al otro lado del río Grande Palacagüina.
Esta es una de las razones por la que uno de cada cinco alumnos abandonó la escuela, según el profesor de secundaria Jorán Córdoba.
El Ministerio de Educación reportó una deserción escolar de cinco por ciento durante el primer semestre de este año, según el vocero de esta institución Freddy Molina.
Sin embargo, en las zonas rurales los docentes reportan una deserción escolar que incluso podría rondar el 20 por ciento, según el profesor Ramón Rivera Chavarría, del departamento de Estelí.
En el colegio Guillermo Cano, en Estelí, los alumnos se fueron de sus aulas porque no tenían suficientes pupitres. Según Rivera, solo seis de cada diez tienen asiento. El resto los tiene dañados o, en el peor de los casos, no disponen de un pupitre.
De acuerdo con la Unidad Sindical Magisterial (USM), en el país existe un déficit de treinta mil pupitres, aunque las autoridades educativas, sin precisar las cifras, sostienen que el déficit es menor.
Vía presupuesto, el Mined distribuirá en todo este año unos 25 mil pupitres.
TAMPOCO HAY MUEBLES
El profesor Córdoba manifestó que en las escuelas además faltan mesas y sillas para los docentes. Lo mismo afirmó el profesor Rivera.
Dentro de los planes del Mined no hay ninguna inversión para los muebles de los maestros.
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