San Salvador/ACAN-EFE
Miembros de la Mara Salvatrucha (MS) y la Mara-18 (M-18) entregaron ayer ante el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, al menos 87 armas de fuego como un “gesto de buena voluntad”, enmarcado en la “tregua” entre las maras que agrupan a unos 64,000 afiliados y a las que el Gobierno responsabiliza del 90 por ciento de los homicidios.
Entre las armas entregadas ayer hay 30 escopetas calibre 12, cuatro subametralladoras, 32 carabinas M-1, tres fusiles M-16 e igual cantidad de AK-47, otros siete fusiles de varios calibres y siete armas cortas, entre pistolas y revólveres, además, una mina explosiva y municiones de distintos calibres.
Mucho de ese armamento está oxidado o muestra otro tipo de deterioro, y hasta les falta el gatillo, según periodistas que cubrieron el acto, celebrado en la plaza cívica, en el centro de San Salvador.
Las armas fueron recibidas por los mediadores de la “tregua” entre las pandillas, el obispo castrense Fabio Colindres y el exdiputado del gobernante Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Raúl Mijango.
En una carta dirigida a Colindres y Mijango, los pandilleros detallaron el tipo de armas que entregaban y señalaron que lo hacían en “gesto de reciprocidad” por la visita de Insulza. Agregaron que así daban “cumplimiento a la palabra comprometida ayer (jueves)” por los cabecillas de ambas pandillas presos, en una reunión con Insulza en un centro penal, en el que anunciaron un “simbólico desarme parcial”.
Para Insulza, la entrega de las armas refleja que los pandilleros “están dispuestos” a continuar con el proceso. Reveló que “originalmente (…) el plan era una entrega mucho mayor”, ya que eran “centenares de armas de fuego de las cuales se hablaba que estaban dispuestos a entregar”.
Insulza reiteró que “la OEA se compromete con este proceso”, iniciado en marzo pasado con la “tregua”, del cual ese organismo será “garante”. Además, señaló que la “tregua” ha permitido bajar la tasa anual de homicidios en El Salvador de 68 por cada 100,000 habitantes, según informes de Naciones Unidas, a 23.
Manifestó que, como asegura el gobierno salvadoreño, la “tregua” no es producto de una negociación, sino de un pacto entre esos grupos con la mediación del obispo Colindres.
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