Fabián Medina
Twitter: @Fabian_Med
El hombre dedo
Cayó Artola, pues. Quién sirvió mejor a la Familia sino él. Él era el dedo que salía desde El Carmen y determinaba quién vivía y quién moría. Nelson Artola era el heraldo negro. Ave de mal agüero. Llegaba a una Alcaldía cualquiera del país, hacía una encerrona y luego aparecía el alcalde sandinista poniendo su renuncia “por motivos de salud”. O el alcalde liberal con pañoleta rojinegra al cuello y vivas al Frente Sandinista para desconcierto de quienes votaron para que estuviera en ese cargo. ¿Qué se decía en esas encerronas? Es un misterio. Ninguna de las víctimas ha querido hablar nunca. Mucho susto deben tener. Él era el dedo de alguien muy poderoso.
Trabajo duro
Pero ser “dedo” no es fácil. Cada vez lo metían en lugares más feos e incómodos. Recientemente, Artola amplió su campo de acción. Siempre como “dedo” llegaba a un municipio y marcaba quién sería el próximo candidato a alcalde del Frente Sandinista, que en términos prácticos, y así como están estas “elecciones”, es casi como decir quién será el próximo alcalde. A veces los sandinistas del lugar ya habían escogido su candidato, pero llegaba Artola y ¡zas! era otro ya el ungido. No se daban razones. “Es una orientación del partido”, decía. ¿Y quién es el partido? Mucha gente, compañeros de partido, empezaron a detestarlo. Y en la medida que más gente se rebelaba contra los dedazos, peor colocado quedaba Artola, porque, reconozcámoslo, cuando las cosas salen mal, es porque el dedo se mandaba solo. Nunca será el cerebro el que se equivocó.
El culpable
Tan es así, que quienes se han rebelado contra el dedazo jamás han puesto en duda que la pareja presidencial está ajena a lo que hace el dedo. Sí, eso debe ser, que el dedo se gobernaba solo, y anda por ahí haciendo tropelías. “Tu, compañera Rosario, que eres justa ”, decía la pancarta de una. Camisetas de la paz y el amor, pañuelos rojinegros al cuello, y por supuesto las pancartas con las fotos de Daniel Ortega y Rosario Murillo para que vean que ellos son devotos fieles, y que no se les ocurre pensar que un mal pensamiento puede salir de El Carmen. El dedo es el culpable.
Los caídos
Y no será Nelson Artola el primero ni el último de los sacrificados. Antes fue Walter Porras, director de la DGI. Tan buenos servicios prestó. Se desdibujó completamente en su cargo para convertirse en una caricatura por fidelidad a la Familia. Despedía empleados por solo poner mala cara al momento que los acarreaba a las marchas. Era el primero en llegar con su gente a las regulares palizas a la “derecha”, puso toda la DGI al disposición de la Familia, bailó, cantó, agredió y alabó… y al final, también fue demasiado y tuvieron que echarlo. Y son los Porra y los Artola los espejos en los que deberían verse los ahora muchos dedos que con su fidelidad perruna, revienten a quien revienten, creen que tendrán por siempre la gracia de quien los manda, sin saber que son ellos las cabezas que primero rodarán cuando las cosas se pongan feas porque, como dijimos, El Carmen no se equivoca. Eso sería blasfemia.
El dedazo
¿Qué significan exactamente esas rebeliones a los dedazos que se han dado? Veamos los hechos. 1) Tenemos un sistema electoral que, pase lo que pase, entregará la mayor cantidad posible de alcaldías al Frente Sandinista. O sea, el candidato sandinista es casi el alcalde. 2) Con frecuencia los que reclaman una selección más democrática de los candidatos, son los mismos que le niegan a los no sandinistas la escogencia libre y transparente de las autoridades en las elecciones. 3) El dedazo es entonces la designación por un reducido grupo de personas de las autoridades que deberían ser elegidas por el voto de todos los ciudadanos, entre candidatos electos por al menos todos sus partidarios.
Ficción
¿Acaso estamos en elecciones? Cómo es posible que alguien hable de elecciones con unos magistrados que no han sido electos para ese cargo, que al sol de hoy no han podido publicar siquiera los resultados de las dos últimas elecciones nacionales y que ya tienen los resultados en sus manos. ¿Es una broma o de verdad se la creen?
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