Crueldad sin límites
Cólera, impotencia e indignación, la verdad no sé cómo llamarle a lo que día a día siento cuando escucho y veo toda la ola de violencia en la que nuestro país se encuentra sumido.
Pero este caso q me ha dejado perpleja, sin palabras. Siento que mi capacidad de asombro está llegando a su límite. No puede ser que cinco policías que se supone están en un lugar para cuidar, proteger, dar seguridad al ciudadano, se comporten peor que animales y hagan todo lo contrario.
¿Será que estos señores no tienen madre, hermanas o hijas? O peor aún, ¿estarán su mentes tan embrutecidas y el divino don de raciocinio del que fue dotado el ser humano no existe en ellos y por eso actuaron peor que bestias salvajes? Porque solo eso puede explicar acción tan bochornosa, despiadada y cruel. O, ¿será que estos señores pusieron o ponen en práctica ese refrán que dice: “a donde fueres haz lo que vieres”? Como ellos están acostumbrados a ver los constantes abusos que cometen sus superiores en todos los niveles e instituciones de nuestro país, robos descarados, violaciones de todo tipo que quedan sin castigo seguramente pensarán: “Si mi jefe lo hizo, ¿por qué yo no?”
No cabe duda de que estos sujetos cometen actos repudiables convencidos de que en este país los corruptos y violadores son amparados por las leyes. La violación de la cual fue objeto esta niña de 12 años con capacidades especiales es la peor aberración que el ser humano pueda cometer.
Todo tipo de violación debe ser condenada y castigada; dejan en el ser humano secuelas imborrables y las cometidas a niños, esos seres confiados, amorosos, llenos de ternura y alegres, no tienen justificación, es abominable, debería ser condenada con la pena máxima. ¿Cómo es posible que estén protegiendo su identidad? Deberían ser expuestos, mostrar sus rostros para saber de qué tipo de monstruos debemos cuidarnos. Sin duda alguna, la pérdida de valores morales, espirituales, la falta de respeto a nuestros semejantes y a nosotros mismos son los males que están ocasionando la descomposición social que hoy vivimos.
Esto no sucedió de la noche a la mañana. Esta semilla la sembró la revolución, la desobediencia a nuestros padres, la separación de la familia, la falta de respeto a la religión y a sus autoridades y el poco respeto a nosotros mismos, incitándonos a actuar sin freno y sin ley, y así sucesivamente hasta ser lo que somos ahora, seres sin voluntad, sin escrúpulos, sin moral ni conciencia, despiadados y faltos de humanidad.
Yo que tengo hija y nietas; comparto con el padre de esta pequeña, su dolor, angustia y desesperación de saber que la inocencia de su pequeña fue arrebatada de la manera más cruel por estos hombres salvajes. Todo mi amor y mis oraciones para su pequeña.
“Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar”. Mateo 18:6
¿Qué celebra la Policía?
El pasado 5 de septiembre la Policía Nacional (PN) “celebró” 33 años de haber sido fundada. Pero… ¿esa celebración es por haber permanecido durante todo ese tiempo como tal, o por tener verdaderos méritos para celebrar el tal aniversario? Si la razón es la última opción, la celebración no tiene cabida, pues los méritos se consiguen con hechos y no con enseñas grabadas en un escudo, siempre en la lejanía inalcanzable para el pueblo.
Me atrevo a asegurar lo anterior porque como ciudadano tengo pruebas suficientes del incumplimiento del deber de parte de esa institución. Para muestra lo siguiente: dicen ellos que son una institución al servicio del pueblo y que su primordial deber es procurar la seguridad pública, pero la ciudadanía está siempre desvalida y a merced de la delincuencia y de ellos mismos, al no hacer nada para que las leyes se cumplan en favor del pueblo. Los jinoteganos tenemos 33 años de soportar los desmanes de motociclistas y conductores de buses y camiones que con sus ensordecedores motores y pitos de algo poder castigan a la población sin que haya un solo “agente del orden” que se digne hacer cumplir la ley, que engavetada como siempre, es imposibilitada de salir en nuestra ayuda.
Hay un exagerado volumen en las iglesias protestantes y en las baratas que anuncian las fiestas en las discotecas, los chatarreros, los perifoneos (que ahora se anuncian hasta en altas horas de la noche), vehículos estacionados a ambos lados de las calles sin que haya un solo policía que se digne poner freno a semejante desorden. ¿Será que desconocen la ley de tránsito, o será que no están orientados para combatir los abusos en contra de la población que con sus impuestos hacen realidad el salario de cada miembro de la institución?
Creo que 33 años de incumplimiento del deber es suficiente. ¿No creen los señores jefes de la Policía que ya es tiempo de empezar a ganarse dignamente el salario que el pueblo les paga por andar uniformados?
Una historia olvidada
En la noche del 28 de agosto se enfrentaron los equipos de futbol el Alajuelense de Costa Rica y el Real Estelí en el Campo Independencia de la ciudad de Estelí. Ganó por uno (1) a cero (0) el Alajuelense.
Muchos estelianos fincados en Managua y otras ciudades del país vinieron a Estelí a presenciar el partido, entre ellos el ingeniero Iván Kauffman, su esposa doña Gloria, e Ingrid, una de las hijas del matrimonio, la que por cierto el pasado jueves 30 de agosto fue abuela.
Desempolvando con Iván Kauffman viejos recuerdos y olvidadas anécdotas del Estelí de hace medio siglo, hemos caído a la cuenta de que el futbol en esta ciudad es más antiguo de lo que recogen los anales publicados y aceptados por la fanaticada actual.
El primer equipo promovido en Estelí por el costarricense Rigo Núñez y auspiciado con entusiasmo por toda la sociedad esteliana se llamó Atila, F (su estandarte era blanco con letras rojas, lo integraron: Rigo Núñez (el tico), Armando Argüello, Armando Rodríguez (La Cotona), Sergio Cabrera (q.e.p.d.), Ramón Kontorovsky (Adolescente), José Norberto Briones (q.e.p.d.), Oscar Briones, Lulio Rodríguez (q.e.p.d.), Armindo Valenzuela, Miguel Ángel Rodríguez, Iván Kauffman (portero) y Noel Gámez (portero suplente ). Como entrenador Dosman (olvidamos el nombre), Teresita Pereira, la novia del equipo.
Para allegar fondos se presentó una Velada Bufa en la que funcionó como maestro de ceremonias el árabe don Basilio Savani, persona estimadísima por su don de gente, su catolicismo y las copiosas invitaciones a su pentagruélica mesa. Se decía que hablaba buen francés, pero su castellano era más que problemático, lo que contribuyó más que todo para que la velada fuera bufa.
El entusiasmo por el futbol creció desde el 62, de tal manera que proliferaron los equipos mayores, medios e infantiles. Hubo uno juvenil que se llamó Enicar, que era el nombre de un reloj, cuyos representantes y expendedores lo patrocinaban, siendo Chale Sujo el capitán de ese equipo.
Solo resta recordar que Rigo Núñez (El Tico) fue el verdadero y activo creador del futbol en Estelí. Dueño de una cafetería, generoso con esta ciudad. Si en Nicaragua no se padeciera el síndrome de la ingratitud y del olvido, este estadio esteliano llevaría su nombre. Sus descendientes administran con éxito los restaurantes La Plancha, en Managua. Quienes disfrutamos el futbol recordaremos con alegre gratitud el nombre y el gesto de Rigo Núñez (El Tico).
Ver en la versión impresa las páginas: 11 A
