Elba Cristina Parrales
El flash, las pasarelas, la moda y los certámenes de belleza siempre le han apasionado. Fue así que conquistó el título de Miss Dulzura 2010 y actualmente es la Reina del Carnaval Alegría por la Vida. Cristina Soto también ejerce su profesión en el Banco Central y confiesa que lo que más le satisface es enseñarle a nadar a niños con capacidades diferentes.
Sabemos que no todo es carnaval en tu vida, ¿específicamente en qué trabajas actualmente?
Durante la semana trabajo en el Banco Central de Nicaragua en el área de operaciones financieras. Mi trabajo me fascina. Me hace feliz el hecho de poder desempeñarme en mi carrera y estar en constante capacitación. También trabajo en las subastas del Gobierno monitoreando las ofertas que hacen los inversionistas y creo que no hay mejor receta que disfrutar tu trabajo, más si uno le pone empeño y pasión.
¿Eso quiere decir que, el carnaval lo dejas para el fin de semana?
¡Exactamente! Tanto mi trabajo como mi reinado son responsabilidad para mí. Por eso, las actividades que me demandan las realizo organizadamente y con precisión. Mi tiempo lo divido y logro cumplir porque planifico mis actividades. Para mí es una ventaja que generalmente los fines de semana se realicen los carnavales en los departamentos, así que no tengo ningún problema en cumplir con eso también.
¿Cuáles son las actividades que tienes que cumplir como Miss Carnaval?
Asistir a las actividades pertinentes como los carnavales en los departamentos. Por ejemplo, recién estuve participando en el carnaval de Chontales y Granada y próximamente estaré en el de León. También cuentan con mi presencia en actos culturales. Tenemos planes de asistir este año a Exponica en Miami con el apoyo de Enrique Zamora. De igual manera, tenemos actividades para promover el turismo, nuestra cultura, la variedad de bailes folclóricos y comidas.
También enseñas natación a niños, cuéntanos sobre eso.
Siempre me ha gustado la natación, de hecho fui nadadora federada por diez años y desde hace un año estoy trabajando con niños con capacidades diferentes. Tenemos un club que se llama Mantarraya. Los niños estudian en la escuela Melania Morales y los domingos les enseño a nadar a un grupo de diez niños. Seis de ellos son sordomudos, un niño tiene deficiencia visual y tres con deficiencia mental. Yo he sido un apoyo para ellos, porque trato de buscar patrocinio a través de organizaciones. Es algo que me llena mucho, porque es muy satisfactorio ver que aunque tienen cierta dificultad lo intentan porque tienen la motivación de aprender. Ellos son una gran lección para todos.