Gerald Hernández
La historia dice que 51 de 52 equipos que han arrancado ganando los dos primeros juegos, eventualmente ganan la Serie Mundial. ¿Podrá Detroit burlarse de las estadísticas?
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De la furia de Pablo Sandoval con tres jonrones en el primer juego, al picheo cerebral de Madison Bumgarner en el segundo desafío, los Gigantes de San Francisco vencieron nuevamente a los Tigres de Detroit, esta vez con marcador de 2-0, poniéndose cada vez más cerca de ganar contra pronóstico la Serie Mundial de las Grandes Ligas.
Bumgarner, quien no había dado una en las ronda previas de los playoffs y abrió anoche porque era el más descansado para hacerlo, recuperó su brillo con una sensacional faena de siete entradas, dos hits, dos bases y ocho ponches.
La defensa de San Francisco salvó al zurdo de su único momento de debilidad, cuando en la segunda entrada, Delmon Young disparó un doblete al rincón del jardín izquierdo y Prince Fielder fue esperado en el plato intentó anotar desde la primera base.
Ese impulso llevó a Bumgarner a apretar las cuerdas en el resto de su jornada y ahora los Gigantes se van de San Francisco a Detroit con la misión de buscar a partir de mañana los dos triunfos que lo separan de la coronación.
En la otra acera, Doug Fiester también estuvo magistral, pero para vencer a estos inspirados Gigantes, eso no es suficiente y cuando explotó al recibir hit de Hunter Pence en el séptimo inning, el juego quedó en manos del bullpen de Detroit, que una vez más fue ineficaz.
Drew Smyly llegó a dar base a Brandon Belt y George Blanco se anotó un infield hit con un toque milimétrico por la raya de tercera que llenó las bases sin out. Pence anotó con un rola para doble play de Brandon Crawford.
El mismo Pence empujó la segunda con un fly de sacrificio en el octavo episodio, ventaja que fue protegida por el cerrador Sergio Romo.
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