Gloria Picón Duarte
Tomando en cuenta los antecedentes de las autoridades del Consejo Supremo Electoral (CSE) que han sido parciales y no transparentes en las últimas dos elecciones, la creación del padrón pasivo ha causado mayores suspicacias después que algunos partidos políticos lo utilizaran para rellenar sus listas de candidatos y el CSE se desliga de cualquier responsabilidad, aunque este dice que hubo depuración efectiva.
Para el director ejecutivo del Grupo Cívico Ética y Transparencia (EyT) Roberto Courtney la falta de confianza en el profesionalismo y neutralidad de las autoridades electorales son la razón para que cualquier depuración del padrón electoral sea preocupante, porque puede estar sujeta a mejorar la calidad de las elecciones o a prestarse a maniobras fraudulentas.
“Depurar puede ser hecho de verdad o entre comillas. Puede ser hecho para garantizar un voto de calidad o para facilitar maniobras de fraude, por eso la clave es la confianza en el profesionalismo y neutralidad de las autoridades electorales”, dijo Courtney refiriéndose a “efectiva” depuración del padrón electoral que anunció el presidente de facto del Consejo Supremo Electoral (CSE), Roberto Rivas.
La separación del padrón en dos listas siempre ha sido preocupante según Courtney, debido a la cuestionada credibilidad de las autoridades del poder electoral y la falta de neutralidad de las mismas.
“Sabiendo que la lista del padrón pasivo se convierte en una lista de ciudadanos que no pueden defenderse, porque están muertos, porque están fuera del país, porque no tienen cédulas y por esas múltiples razones su derecho al voto puede ser utilizado a sabiendas de que esa persona no va a poder reclamar ni hay quien reclame por ellas”, señaló el experto en temas electorales.
Courtney manifestó que prueba de que el padrón pasivo se está abriendo a vicios de fraude es la utilización que hubo de algunos partidos políticos para rellenar sus listas con los llamados candidatos fantasmas.
“La preocupación crece cuando los magistrados dicen que no están en la obligación de chequear que ningún candidato cumple con los requisitos que dice la Ley, ni mucho menos verificar si está vivo o cumple el requisito de pertenecer a la jurisdicción que dice y los demás requisitos que la Ley establece”, explica Courtney.
Courtney recordó un caso en el que el CSE fue muy diligente al verificar donde estaba la línea divisoria entre un municipio a otro para rechazar a un candidato.
“Tres cosas nos preocupan: primero los antecedentes del CSE, segundo ver que los partidos de ahí rellenaron listas y no cumplieron los requisitos y encima ver que el aparato electoral se lave las manos en asuntos tan fundamentales como garantizar que los candidatos cumplan los requisitos de ley, cosa que en otras ocasiones y con candidatos que no les gustaban se pusieron a ver hasta de que lado de la raya municipal vivían”, señaló Courtney.
Por su parte Dionisio Palacios, exfuncionario del CSE, dijo que no se puede hablar de depuración efectiva cuando no se sabe qué método utilizaron para hacerla, ya que lo primero que debieron hacer fue una auditoría con un organismo imparcial que señala los errores que ha venido cargando el padrón electoral.
Palacios también cuestionó que causa suspicacias el hecho de que hayan hecho una lista de pasivos que luego pueden “revivir e ir a votar”.
“Cuando el mismo presidente del CSE acepta que no está seguro, que no sabe si el padrón es 3.7 o 3.5 millones y se supone que el órgano máximo que es el CSE tiene la obligación de presentar algo confiable, pero hay dualidad en la información que presenta, qué garantías puede tener y qué confianza puede generar en la población”, dijo.
Otra de las debilidades y que también genera desconfianza, según Palacios es que las personas del padrón pasivo pueden votar con la autorización del coordinador del Centro de Votación, cargo que ni siquiera existe legalmente.
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