A través de nuestra sufrida historia los nicaragüenses hemos tenido que soportar a servidores públicos que han llegado a esos puestos no precisamente a servir, sino para servirse o lucrarse de ellos. El servidor público debe saber que su sueldo es pagado por el ciudadano humilde que llega a solicitarle un servicio, ese es su verdadero jefe y es a él al que le debe lealtad.
No obstante, el presidente Daniel Ortega es el primero en violar la Constitución Política de la República, además, muchos funcionarios, magistrados y ministros de Estado no han sido nombrados y ratificados por los miembros de la Asamblea Nacional. Entonces, aplicando lo aprendido en Moral y Cívica, el señor Ortega no tiene ninguna autoridad para ejercer el cargo de presidente ya que es ipso facto un presidente inconstitucional, y carece de la autoridad moral para obligar a los ciudadanos a cumplir con las leyes establecidas en el país..
Los ciudadanos honestos de este país buscamos servidores públicos, capaces de poder aportar al desarrollo institucional que necesita Nicaragua. El presidente de la República está para servir a todos los ciudadanos sin hacer distinción de colores políticos, sin excluir de los programas sociales a los que no militan dentro de las filas del partido sandinista. El presidente Ortega debe ser más humilde, al reconocer que las dádiva que entrega a sus simpatizantes no sale de su bolsillos, sino de la venta del combustible, que pagamos los nicaragüenses, el pueblo es muy sabio al decir que del mismo cuero salen las coyundas.
En la agenda del Gobierno se prepara una reforma tributaria con el único interlocutor, que es el Cosep. Considero que dichas reformas no pertenecen al ámbito de la ciencia, sino a la conciencia de cada uno de los servidores públicos, cuyo salarios mensuales que devengan son una ofensa a los contribuyentes que con muchos sacrificios pagan sus impuestos.
Por consiguiente, la reforma tributaria deberá empezar reformando al Presupuesto General de la República en la partida salarial, al disminuir en las tres cuartas parte los sueldos y eliminar las otras prebendas, empezando por el presidente y sus ministros, a los diputados, magistrados de la Corte Suprema de Justicia, y del Consejo Supremo Electoral, asimismo a los señores contralores de la República, revertiendo esa partida en más y mejores condiciones físicas en las escuelas, aumentar el inventario de medicinas en los hospitales y centros de salud, y abrir más carreteras de penetración a fin de sacar las cosechas producidas en el campo.
Invito a los señores diputados a canjear su puesto de trabajo por un día con los vendedores ambulantes en los semáforos, para que sepan lo que cuesta ganarse el pan de cada día, ya que no es lo mismo estar en esa instalaciones con aire acondicionado, asientos acolchonados, computadora personal para jugar a las cartas, a estar vendiendo de pie las ochos horas bajo sol y lluvia. Es más de 92 diputados solamente dos de cada bancada trabajan en el plenario, incluyendo al presidente y secretario de la Junta Directiva, sería más conveniente que suspendan las sesiones y dejar únicamente las comisiones de trabajo, por lo que resultará más expedito y ahorrativo al bolsillo de cada contribuyente. El autor es Contador Público Autorizado. Miembro activo del Colegio de Contadores Público de Nicaragua.
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