Irene López
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Según algunos investigadores, la marimba llegó a América con los africanos esclavizados y, con el tiempo, fue experimentando cambios hasta adoptar la forma que actualmente conocemos. Así que, atando cabos o teclas, bien podemos presumir que los africanos encontraron, al llegar a América, el material adecuado para construir este instrumento y le dieron el nombre de marimba en recuerdo de una de las manifestaciones culturales más ricas de su tierra.
El instrumento, igual que las danzas, fue adquiriendo nuevas formas y experimentando cambios, tanto en su construcción como en la manera de ejecutarlo.
Pronto los nativos aprendieron a usarlo y, para principios del siglo XVIII, el instrumento era ya conocido y junto con las danzas, había adquirido ritmos y movimientos que reflejaban la mezcla de las culturas africana, india y criolla que se fueron combinando y fusionando y dieron origen a una nueva música mestiza con características propias.
En América, la única marimba que se conserva en su estado casi original es la de Nicaragua.
Es sumamente interesante darse cuenta de que el marimbero, como le llamamos en buen nicaragüense al que ejecuta la marimba, toca cualquier pieza del repertorio nacional, y cualquier pieza popular extranjera que esté de moda, sin partitura alguna, a pura memoria, sin equivocarse ni confundir una pieza con otra.
La técnica de la ejecución de la marimba, así como la de su construcción, ha sido transmitida de una generación a otra por medio de la observación y la repetición. Estas técnicas se han conservado principalmente en la zona del Pacífico.
El nicaragüense ha desarrollado una singular habilidad en la ejecución y construcción de la marimba. En Masatepe y Masaya (pero especialmente en Monimbó) es donde se fabrican las mejores marimbas de Nicaragua.
La marimba está presente en todas las festividades de nuestro pueblo, en ella se ejecuta su música preferida que siempre es solicitada para todo tipo de celebración. Es la música que hemos escuchado toda la vida la que seguiremos escuchando y la que legaremos a las futuras generaciones. A pesar de la globalización, la marimba sigue su ruta melodiosa y acompaña en los momentos de felicidad y tristeza, del pueblo nicaragüense.
Próximo viernes: la proyección artística y desarrollo técnico del instrumento y ejecutantes.
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