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Humberto Belli Pereira

Pensar bien es fácil y difícil

Pensar bien es condición indispensable para lograr el progreso. Las ideas o formas de entender las condiciones que lo favorecen tienen grandes consecuencias. Las buenas promueven prosperidad. Las malas, pobreza. ¿Cómo distinguirlas? La buena noticia es que es fácil. No requiere dominio del cálculo diferencial ni cursos de filosofía avanzada. Basta querer aprender de la experiencia. Es aplicar el precepto bíblico de “por sus frutos los conoceréis”.

El primer paso es determinar cuáles son las sociedades más prósperas, pacíficas y tranquilas, aquellas donde la gente prefiere vivir. Si se dificulta el acuerdo sobre cuáles son estas —aunque no debería ser tan difícil verlo—, una solución humilde y práctica sería tener en cuenta la opinión de los pobres. Ellos la expresan continuamente con sus pies: basta ver a qué países buscan emigrar. Podrán ser naciones llenas de corporaciones codiciosas y grandes desigualdades, pero si allí es donde quieren ir, sus razones tendrán. ¿Hay algo más elocuente que eso?

El siguiente paso es averiguar qué han hecho dichos países para ser tan atractivos. Podría así descubrirse un común denominador de ideas socioeconómicas, políticas, prácticas culturales, institucionales, etc., que explican gran parte de su éxito y de las cuales pueden sacarse lecciones. De particular interés sería analizar las políticas que han seguido los países que han saltado de la pobreza a la prosperidad en las últimas décadas.

Suena simple y lógico y de hecho lo es. Hacer estos ejercicios evitaría muchos errores y avanzaría la causa de los pobres; en América Latina y en todo el mundo. Las universidades podrían ser semillero de estos análisis e iluminar con sus resultados a los políticos y a sus sociedades.

La mala noticia es la persistente propensión de muchos habitantes del planeta a rehusar el análisis lógico y aferrarse a mitos. El ser humano tiene como distintivo su racionalidad. Pero es un don o facultad que habita un ser fracturado, cuyas pasiones o desórdenes internos siempre tratan de sacudirse de su imperio y subvertirla, poniéndola a su servicio. Cuando esto ocurre la inteligencia ya no se usa para encontrar la verdad sino para encubrir o justificar (racionalizar) impulsos o escogencias irracionales. Pasa entonces lo que también dice otro pasaje bíblico: “Tienen ojos y no ven, oídos y no escuchan”.

En la década de los sesenta y setenta millares de jóvenes, intelectuales y teólogos soñaban con la revolución marxista. Todavía no había colapsado el bloque socialista, pero ya existía el muro de Berlín. Alemania era el laboratorio viviente donde los dos sistemas rivales convivían a centímetros uno del otro, separados por una pared. Pero mientras los habitantes del lado socialista arriesgaban sus vidas por escapar al capitalista, nadie buscaba la dirección opuesta. Razón por la que el gobierno comunista tuvo que construir la muralla gigantesca para retener o aprisionar su población. Era una realidad elocuente pero muchos no la veían.

Esa desafortunada propensión, de ver solo lo que se quiere ver, es un problema que no se resuelve con una educación limitada a la transmisión de conocimientos o al desarrollo de habilidades. Porque para ver la verdad no basta cultivar la inteligencia sino el deseo de encontrarla. Y esto requiere, junto con lo anterior, el desarrollo de las virtudes morales. Tarea ascética empinada, porque no todas las verdades complacen nuestras apetencias, a pesar de ser las únicas capaces de llevarnos a la libertad y la paz. Ellas están allí, fáciles de acceder, esperando que nos decidamos para hacernos más feliz.  

El autor es sociólogo, fue ministro de Educación.

Columna del día Opinión condiciones ideas pensar archivo

COMENTARIOS

  1. eduardo
    Hace 11 años

    Tubo la oportunidad de educarnos desde el ministerio que tubo en sus manos y no lo hiso esto no es Retorica de alguien que escribe y habla y no pone en juego lo que dice y escribe!!

  2. marvin
    Hace 11 años

    Don. Belli, los pobres no migran a los mejores paises, migran donde pueden aventurar, no se equivoque, el ser humano en su lucha por conseguir subsistir toma riesgos los que sean, las mejores sociedades no son los que tienen mas inmigrantes, sino las que tienen mejores condiciones de vida, donde la riqueza esta mejor distribuida donde el hombre es menos lobo del hombre.
    La sociedad perfecta es la sociedad de Dios pero esa pertenece al cielo no a la tierra.

  3. juan tiradora
    Hace 11 años

    Habemos muchos indios en el maizal. La solucion es el ”condon”

  4. fernando
    Hace 11 años

    De acuerdo con Marvin. Los pobres viajan buscando un nivel de vida que no pueden conseguir en sus países, muchas veces, también capitalistas. Para el señor Belli, el capitalismo es EU y Europa, pero el capitalismo también es Nicaragua y Haití. Son la otra cara de la moneda. La opulencia europea o gringa y la miseria tercermundista. Son como hermanas siamesas, imposibles de separar, sin matar a una de ellas.

  5. fabricio pineda
    Hace 11 años

    Para una persona como usted es muy fácil pensar que solo usted piensa, pero es muy difícil para usted pensar que los demás pensamos; pero mas triste aun que cuando fue ministro educación pudo haber hecho que pensáramos mas fácil con menos dificultad, la próxima vez escriba soluciones, busque interrogantes para incentivar el interés a buscar soluciones pero no venga vendernos lo que muchos ya sabemos y conocemos y para su conocimiento ya no existen sociedades pacificas y tranquilas; pue

  6. Angel
    Hace 11 años

    La diferencia entre los paises prosperos y nosotros, estriban precisamente en que en dichos paises, si se respetan las reglas del juego democratico, hay separacion de poderes y los gobernantes en general, son transparentes.
    Aca lo que tenemos es un grupusculo mafioso de fascinerosos que en nombre del pueblo se adueñan de todo, todo está condicionado por su arbitrio y no hay reglas claras que permitan crecimiento y eso mismo pasa en Venezuela, Cuba, Bolivia y demas paises por todos conocidos.

  7. Angel
    Hace 11 años

    Definitivamente, muchos de los sujetos que leyeron el articulo, tuvieron ojos pero no vieron, fueron incapaces de entender el mensaje.
    Acá, en nuestro pais, sin instituciones, sin un sistema educativo medianamente serio, cargado de corrupcion, lo menos que existe es democracia y capitalismo, aca lo que se vive es un salvese el que pueda, en medio de un oceano de corrupcion.
    No se puede juzgar al capitalismo por lo que pasa en Nicaragua y Haiti, acá necesitamos salir primero del feudalismo.

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