TEGUCIGALPA/AFP
El documento destaca que el principal problema de las cárceles es el autogobierno cedido a los reclusos y justificado por las autoridades debido a la falta de personal.
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Las autoridades militares y policiales tomarán desde hoy y por noventa días el control de la seguridad interna de los centros penitenciarios de Támara y San Pedro Sula, luego de que el sábado una balacera entre presos de la Mara 18 (M-18) y otro grupo que se hace llamar “paisas” dejó tres miembros de la mara muertos en la Penitenciaría Nacional Támara, ubicada a veinte kilómetros al norte de Tegucigalpa.
La decisión fue tomada ayer por el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad, que integran el presidente Porfirio Lobo, los ministros de Defensa y de Seguridad y los directores de las cárceles, quienes definieron “un plan estratégico” de seguridad.
El ministro de Seguridad, Arturo Corrales, explicó en conferencia de prensa que “a partir del día de mañana (hoy) existirán dos controles de seguridad en los centros penitenciarios de Támara y San Pedro Sula (con 2,844 y 2,200 presos respectivamente) y posteriormente en los otros centros del país”, anunció el ministro.
DOS ANILLOS DE SEGURIDAD
El plan consiste en el establecimiento de dos anillos de seguridad en ambos penales, donde todas las personas serán sometidas a rigurosos registros hasta con “rayos x”. “En el primer anillo, sea quien sea, desde el director de centros penitenciarios, un custodio, un visitante o una autoridad”, deberá someterse a un registro ineludible, explicó.
El segundo anillo estará integrado por los custodios de las cárceles que han tenido a su cargo la seguridad pero serán sometidos a exámenes “de rigor” para prevenir que no se presten al ingreso de armas y drogas. Subrayó que habrá una fuerza de seguridad masculina y una femenina para el registro de hombres y mujeres.
Corrales destacó que “el ingreso de armas” a esas dos cárceles “va ser imposible, porque el primer anillo no va estar en manos de los custodios, sino de las Fuerzas Armadas”.
El director de prisiones, Simeón Flores, reconoció que en el enfrentamiento el sábado los reclusos utilizaron fusiles de asalto AK-47 y al menos tres granadas.
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