Rezaye Álvarez M.
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Sonrisas, carcajadas y carreras se contrastaron con la tranquilidad de la laguna del hotel Charco Verde en la isla de Ometepe, durante la liberación de 219 animales que por varios meses, e incluso años, pasaron en el Centro de Rescate del Zoológico Nacional.
Los dueños de las sonrisas y carreras fueron unos 20 niños de entre 8 y 12 años, estudiantes de la Escuela Las Cruces de la comunidad San José del Sur en Altagracia, Ometepe.
Ellos siguieron paso a paso las instrucciones de Eduardo Sacasa, presidente de la Fundación Amigos del Zoológico Nacional, mientras una a una las jaulas iban quedando vacías y los chocoyos, querques y búhos pingüinos iban saliendo y adueñándose de las ramas de los árboles.
Además de estas aves, fueron liberadas ardillas y tortugas de agua y de tierra, que paso a paso fueron encontrando su lugar entre el verde del hotel reserva.
Para Marina Argüello, directora del Zoológico Nacional, “es una cosa tan bonita ver a los niños con el entusiasmo que lo hacen (la liberación), porque ellos son el futuro y hay que inculcarles el amor a la fauna, el amor a la naturaleza”.
EXPERIENCIA ÚNICA
José Tomás Ibarra, docente de la Escuela Las Cruces, explicó que la coordinación para la participación de los niños y niñas durante la liberación fue entre las autoridades del Ministerio de Educación en la isla y los propietarios del Hotel Charco Verde.
Esta fue la primera vez que niñez de tercero, cuarto, quinto y sexto grado participaban en una actividad de ese tipo.
Para Ibarra, la participación de los estudiantes “es un complemento de la educación ambiental que nosotros impartimos en el aula y que los muchachos ahora están llevando a la práctica”.
Para los participantes, el escenario natural, la imagen de ver volar hacia la libertad a un ave o ver una tortuga rumbo al agua “fue una experiencia sumamente hermosa”.
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