En los próximos cinco años la llegada de donaciones para Nicaragua, claves en la lucha contra la pobreza, se continuará deteriorando, hasta reducirse en 2016 en más del sesenta por ciento respecto al nivel captado en 2007.
Hace siete años el país cerró con 429.5 millones de dólares en donaciones al Gobierno central, pero para 2016 estas descenderán a 157.3 millones, según reflejan datos del Programa Económico-Financiero para el próximo quinquenio divulgado la semana pasada por el ejecutivo.
Solo en 2016 Nicaragua dejará de captar 272.2 millones de dólares menos en relación con 2007. El nivel más bajo, no obstante, fue en 2012, cuando la reducción en donaciones fue de 301 millones de dólares.
Todas las donaciones que proyecta el ejecutivo captar en los próximos cinco años están atadas a proyectos, es decir no serán de libre disponibilidad.
El Gobierno pretende compensar esas drásticas mermas con mayores préstamos, lo que implicaría endeudar más la raquítica y débil economía. El crecimiento económico en los próximos cinco años no excederá el cinco por ciento y en el plan financiero el Gobierno reconoce que “Nicaragua continúa siendo dependiente de la cooperación externa, al financiar un alto porcentaje de proyectos con recursos externos”.
Al igual que las donaciones, también los préstamos estarán atados a proyectos. Tras marcar una tendencia de descenso desde 2010 y ubicarse en 2012 con el nivel de endeudamiento público externo más bajo de los últimos años, este año el ejecutivo retomará el ritmo de mayor endeudamiento hasta superar en 2016 los 317.2 millones de dólares, 63.7 millones de dólares más respecto a la cifra alcanzada en 2007, que fue de 253.5 millones.
Esa recomposición del financiamiento externo vendrá acompañada de un congelamiento en el gasto para reducción de pobreza. Entre 2014 y 2016 el ejecutivo mantendrá el gasto para reducir pobreza en un 10.8 por ciento del Producto Interno Bruto.
VENEZUELA AUSENTE
Desde 2008 la cooperación externa no reembolsable, principalmente al Gobierno central, ha ido mermándose drásticamente, luego que varios países donantes, en su mayoría europeos, cancelaron a Nicaragua su ayuda financiera por denuncias de fraude electoral en los comicios municipales y por el deterioro de la institucionalidad y gobernabilidad.
Estados Unidos canceló varios programas de cooperación, entre ellos la Cuenta Reto del Milenio (CRM) y se disolvió el Grupo de Apoyo Presupuestario que daba oxígeno al gasto público, un vacío que el ejecutivo logró maniobrar a su favor con el protagonismo que el Gobierno de Venezuela, su aliado, ganó con un esquema de cooperación petrolero.
Sin embargo ese protagonismo, que durante los últimos años había ganado el país sudamericano en las finanzas públicas, ha ido apagándose tras el fallecimiento del presidente Hugo Chávez el 5 de marzo de este año.
Muestra de ello, es que en el Plan Financiero y Económico el Gobierno no hace referencia a eventuales programas de cooperación con ese país en los próximos cinco años y solamente se limita a destacar que durante el período 2008-2011 la cooperación venezolana ascendió a 2,046 millones de dólares, cuyo fondo ha servido para financiar programas y proyectos de impacto socioeconómico.
“En 2011 el 86 por ciento de los recursos asignados se destinaron a proyectos sociales y socioproductivos, destacándose el financiamiento a la soberanía energética, al desarrollo del comercio justo y al financiamiento a la producción agropecuaria y forestal. Otros proyectos socioproductivos incluyen financiamiento al desarrollo empresarial, el programa Usura Cero, transporte terrestre y marítimo, infraestructura habitacional, entre otros”, apunta el documento.
Y mientas las donaciones al Gobierno central se continuarán reduciendo, Nicaragua sigue siendo el segundo país más pobre de América Latina, superado solo por Haití.
42.5
por ciento de la población nicaragüense vive en condiciones de pobreza y 14.6 por ciento en pobreza extrema de una población de seis millones.
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