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Salomón Samuel Mendoza Suárez, municipalista.

Cartas al Director

Infracciones de tránsito

La Policía Nacional está promoviendo el incremento de las multas para aquellos conductores que realicen el manejo de vehículos en estado de ebriedad. Sin embargo, considero oportuno recordar que cuando gobernaba don Enrique Bolaños se aprobó la Ley para el Régimen de Circulación Vehicular e Infracciones de Tránsito, publicada en La Gaceta Diario Oficial No. 15 del 22 de enero del 2003. En aquel momento pregonaron con bombos y platillos que el incremento de la multa a un mil quinientos córdobas (artículo No. 26 y clasificación de Mayor Peligrosidad) reduciría el índice de accidentalidad, obviamente diez años después la situación se ha agudizado.

Creo interesante que los expertos de la institución policial revisen detalladamente algunos de estos aspectos:

1). Incremento del parque vehicular en los del tipo sedan y motos;

2) . Aumento en la prestación del servicio selectivo, principalmente con mototaxis;

3). Mayor convergencia en las vías peatón-vehículo, esto debido a la pérdida de los espacios peatonales por la proliferación del comercio informal;

4). Pérdida de autoridad y credibilidad de parte de los oficiales de tránsito, dado que algunos han tenido debilidades en aceptar “coimas” de ciertos infractores, situación que genera desconfianza en el resto de conductores.

Por otro lado hay acciones inmediatas que atender, como es el caso de los aparcamientos de motos en las afueras de algunos bares de la ciudad de Managua y resto del país, cuyo conductor se encuentra en el interior de este tomando licor. ¿O seremos tan ingenuos en asegurar que esa persona se encuentra dentro rezando?

Queda entonces el reto para la institución policial. Si la medida reduce los accidentes y la pérdida de vidas humanas indudablemente será un éxito, pero si la raíz del asunto se encuentra en otro aspecto, sugiero revisar a fondo los pormenores.

Salomón Samuel Mendoza Suárez, municipalista.   

El dinero de las monjitas

Ante la acción mediática que ha acaparado los medios en estas últimas semanas la noticia sobre la supuesta estafa sobre “las monjitas”, muchos osadamente han dicho y han cuestionado por qué tanta plata en manos de las hermanas teresianas. Y —¿para qué tanta plata?— Bueno, quienes en nuestra infancia y adolescencia tuvimos el honor de estudiar en un colegio católico de semejante talla doctrinal, sabemos y conocemos qué significa ser teresiano. Desde kinder hasta el último año de secundaria, anualmente el colegio celebra su famoso talent show para recaudar fondos. Esa actividad es realizada por las alumnas y desde edades muy tempranas se nos enseña a pensar en los demás, en sus necesidades, en la realidad nacional y dar un aporte a quien más lo necesita.

Asimismo también realizamos kermeses y bingos, con el fin de recaudar fondos para otros colegios que se ubican en sectores marginales y con una dura realidad económica y que el Colegio Teresiano mantiene dichas obras, entre ellas el Colegio Enrique de Osso en Ciudad Sandino, el Colegio René Schick, el Colegio de Chiquilistaque (Chinandega), así como el orfanato ubicado en Granada. Toda alumna teresiana lleva consigo impresa en su conciencia un sentido de solidaridad, como una forma de vida. Una teresiana es educada en valores humanos profundos llamadas a ser otro Jesús en la Tierra, en tu propia realidad en tu propio entorno social. Solo aquel que conoce para qué se hacen tantas actividades puede dar fe de las actividades que subvencionan. Nadie habla de las colectas para las grandes crisis que ha sufrido Nicaragua, huracanes, terremotos…

Las aulas no solo están llenas de jóvenes con libros y cuadernos sino con una enseñanza basada en el evangelio, en el más necesitado. Fuimos formadas para responder a las necesidades de los demás, a denunciar la injusticia, a hablar por aquellos que no tienen voz, por los menos favorecidos. Actualmente el colegio mantiene un número aproximado de 2,800 alumnos en matrícula, y de ellos, ¿sabe usted, querido lector, cuántos alumnos han sido beneficiados por becas a los padres que tienen problemas financieros? ¿Sabía también que hay padres que no pudieron pagar el último año de colegiatura de su hijo y el Colegio Teresiano jamás le negó el título? Un niño en el colegio no ha sido sacado por falta de pago, se busca una solución en conjunto. Preguntémonos, pues, ¿para qué tanta plata? Para comprar Mercedes Benz o Ferraris, claro que no, sino para mantener la cantidad de obras sociales que el Teresiano tiene, ya sea con sus propios estudiantes y con otros colegios que son subvencionados por las hermanas teresianas.

La verdadera solidaridad es aquella que se hace en silencio, sin propaganda, sin mitin, sin anunciarla, siguiendo lo que el propio Jesucristo dijo: “Lo que haga tu mano izquierda que no lo sepa la derecha”. No es lo mismo el altruismo, que la caridad. Aprovecho este espacio para solidarizarme con las hermanas teresianas. “Quien a Dios tiene nada le falta, ¡Solo Dios Basta! Esperando que dicho dilema se resuelva a la luz de la equidad y la justicia.

Jessica López Mendoza. Exalumna teresiana.  

Negociaciones por la paz

En las negociaciones de paz para Colombia, que es un buen deseo del pueblo colombiano, los dos bandos negociadores lo que quieren es más que todo propaganda. Pero el presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no tienen alternativa.

Lo lamentable es que Santos permitió a las FARC imponer su criterio en la ruta social para implementar la paz. Las FARC quieren imponer sus conceptos sobre la entrega de tierras, inversiones extranjeras y hasta la integración al Ejército y la Policía de miembros de las FARC.

También pretende amnistía total para los delitos de lesa humanidad. Pero en cambio a miembros del Ejército de Colombia se les ha procesado y condenado a la cárcel por delitos de falso positivo, que significan desmovilizaciones falsas. Hugo Chávez pretendía la incorporación de las FARC a la vida política colombiana para financiarlos, como lo hizo con el expresidente hondureño Manuel Zelaya en su fracasado proyecto para reformar la Constitución, admitir la reelección e interrumpir el orden constitucional en las elecciones del 29 de noviembre del 2011.

El Gobierno de Colombia tiene pruebas de que Chávez convirtió a Venezuela en refugio y base de apoyo a las FARC. Y para no ser acusado internacionalmente, Chávez restableció las relaciones diplomáticas con Colombia y fue a Santa Marta a firmar un acuerdo de paz con el presidente Santos, que ahora Maduro está obligado a cumplir.

Las FARC han cometido secuestros, asesinatos y un enorme daño económico a Colombia y sus habitantes. Perdonarles todo eso y permitirles organizar un partido político para integrarse a la vida política y productiva del país sería más que suficiente.

Las autoridades electorales de Colombia deberían controlar la procedencia de la ayuda a los partidos políticos. Cederles a las FARC todas las concesiones que pide sería poner en peligro la estabilidad institucional y democrática de Colombia.

Otra de las debilidades del presidente Santos ha sido la de aceptar las negociaciones en La Habana, teniendo como anfitriones a los hermanos Fidel y Raúl Castro, quienes han instaurado en Cuba la tiranía más cruel y duradera en la historia de Latinoamérica. Esas negociaciones pudieron realizarse en Santiago de Chile, Ciudad México o San José de Costa Rica.

A mi juicio existe la posibilidad de que la cúpula de las FARC acepte firmar la paz, para que se cumplan el acuerdo Santos-Chávez en Santa Marta, pudiendo sus cabecillas quedarse en Venezuela o cualquier otro país, ya que disponen de mucho dinero.

Luis Solórzano. Granada.

Opinión dinero Infracciones Monjitas tránsito archivo

COMENTARIOS

  1. elizabeth
    Hace 11 años

    Lamento semejante pesimismo del Sr. Solórzano. La paz de Colombia vale mas que una interpretacion somera, es una realidad incuestionable, pues es preferible la ambistia y el perdon a que siga muriendo gente humilde. En las guerras como en los planes de paz nadie gana y nadie pierde, salvo los pueblos que conquistan la paz.
    Centroamerica vivio una guerra, y ahora vive la paz, y no fue nada facil.

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