La Unidad por la República, tras la firma de su Acta Constitutiva ha venido reuniéndose regularmente para completar su organización interna. Para tal efecto, aprobó sus Normas de Funcionamiento que crean su Asamblea General con tres representantes por cada organización, todas con igualdad de derechos. Además, establece la regla del consenso para la toma de decisiones.
Otro paso importante ha sido la integración de sus cinco comisiones de trabajo, que son las de estrategia, organización, finanzas, comunicación y relaciones internacionales. También designó su coordinadora, moderador y secretaria de actas, a quienes les corresponde preparar las sesiones de la Asamblea. Estos cargos son rotativos entre las organizaciones que integran la Unidad. Se nombró una comisión especial que tiene el cometido de elaborar, tal como lo indica el Acta Constitutiva, un Plan de Nación con sentido programático y carácter estratégico, que permita lograr el desarrollo humano sostenible que nuestra población demanda. El Plan de Nación será una propuesta que se llevará a los territorios para consensuarla.
La Unidad ha comenzado a dar cumplimiento al compromiso de establecer capítulos territoriales, con el fin de fortalecer los liderazgos locales y aglutinar a toda la ciudadanía del país en un movimiento capaz de convertirse en una alternativa democrática y creíble ante el avance del proyecto dictatorial orteguista. Para tal efecto, comisiones especiales de la Unidad han visitado varios municipios del país, a fin de sostener los primeros encuentros con los líderes locales de las diferentes fuerzas políticas y sociales.
En todos los municipios visitados, los delegados han encontrado un vivo entusiasmo por la Unidad, que es vista como algo esperado, necesario y un imperativo ético y patriótico. Se pudo así constatar que en municipios de diferentes regiones del país existe un terreno muy propicio para la Unidad.
La Unidad de todas las fuerzas opositoras no solo es un reclamo: es una exigencia que viene de las bases, que esperan que las cúpulas nacionales de los partidos, sindicatos, movimientos sociales y organismos de la sociedad civil actúen en consecuencia, deponiendo intereses meramente personales o partidarios para priorizar la unidad de todos los nicaragüenses comprometidos con la democracia, la defensa de la soberanía nacional, la recuperación de la institucionalidad democrática, la independencia de los poderes del Estado, la transparencia de los procesos electorales y la erradicación de la corrupción, del caudillismo, el hegemonismo y el nepotismo.
Además, se pudo comprobar que ya existen, en un buen número de municipios, experiencias de unidad de los partidos políticos y los organismos sociales en torno a los principales problemas que enfrentan las comunidades locales. De esta manera, para estos municipios, la constitución de la Unidad por la República es algo que les parece natural y coincidente con la voluntad unitaria que ellos ya han manifestado y puesto en práctica en torno a sus agendas municipales. De estos esfuerzos están excluidos los dirigentes nacionales que en el pasado fueron los responsables de los pactos prebendarios.
La Unidad está preparando una serie de encuentros más amplios con los dirigentes y las bases de los municipios de varios departamentos. La idea es hacer estas reuniones con delegaciones de los diferentes municipios del respectivo departamento para constituir los capítulos departamentales de la Unidad y, luego, los municipales. Muy pronto será organizado el primero de ellos.
La exigencia de la Unidad, que proviene de las bases territoriales, es un reto para las dirigencias nacionales. Ellas esperan un compromiso claro con la promoción de la Unidad por la República. El autor es jurista y catedrático.
Ver en la versión impresa las páginas: 11 A