Elízabeth Romero
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El cuerpo del campesino Yairon Díaz, muerto en Anizales Tres, Pantasma, tras un enfrentamiento entre grupos armados y el Ejército el pasado 9 de octubre, presentaba parte del rostro desfigurado, un balazo en la pierna derecha y una herida de bayoneta a la altura de la tetilla izquierda, sostienen organismos de derechos humanos.
El presidente ejecutivo de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), monseñor Abelardo Mata, en una carta dirigida al jefe del Ejército, general Julio César Avilés, le pide una exhaustiva investigación y le describe la forma en que se encontraba el cuerpo.
“El director ejecutivo de ANPDH al ver el cadáver que lo revisaban sus familiares, vio que era un cuerpo que presentaba un balazo en una pierna, la parte de la cara del lado izquierdo desbaratada, el ojo casi de fuera, estaba desnucado y en el tórax y espalda presentaba señales de haber sido golpeado brutalmente; Yairon aparecía como recientemente fallecido”, escribe Mata a Avilés.
Una investigación del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), coincide con lo expresado por Mata a Avilés.
El director jurídico del Cenidh, Gonzalo Carrión, expresó que la familia de la víctima dice que tienen certeza que “lo capturaron vivo”.
El reclamo en la comunidad es porque sospechan que “a Yairon lo habrían ejecutado”, dijo Carrión.
El vocero militar, coronel Orlando Palacios, continuó sin responder a LA PRENSA.
Ambos organismos determinaron en sus investigaciones que el campesino no integraba el grupo de armados, a diferencia del otro fallecido Santos Ernesto Irías Calderón, cuyo cuerpo presentaba varios balazos, estaba rígido y fétido.
La familia hace una denuncia grave y la sostiene, refirió Carrión. “El Estado, a través de sus instituciones, debería responder y no endurecer medidas como la militarización”, manifestó Carrión.
Además criticó que un poco más de tres meses después de que el Ejército pidió disculpas públicas a la población de la comunidad de El Tamalaque, Pantasma, por el abuso cometido tras otro choque con armados, incurren en una nueva actuación represiva cuestionada por la población local. “El Estado debe esclarecer esa grave acusación en contra de los militares, que ha provocado repudio de los habitantes de esa comunidad”, sostuvo Carrión.
En el sector, la zozobra y temor entre los campesinos se aprecia con la baja presencia de alumnos en las escuelas y abandono de los cultivos, sobre todo de maíz, manifestó el abogado del Cenidh.
Carrión estimó que la denuncia debe tomarse como alerta de lo que ocurre en esa parte del país.
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