Vladimir Vásquez
Para que las aguas de Tumarín finalmente corran en Nicaragua, el Gobierno ya realizó su última oferta sobre el precio de la tarifa de energía que se le venderá a la distribuidora de energía TSK-Melfosur Internacional.
El ministro de Energía y Minas, Emilio Rappaccioli, dijo que esperan que en el corto plazo se puedan destrabar las negociaciones que sostienen con la Central de Hidroeléctricas de Nicaragua (CHN), pues en el Gobierno “esperamos que, antes que termine el año, ya se llegue a un acuerdo tomando en cuenta el planteamiento último que presentamos a la empresa desarrolladora”, dijo el funcionario.
Según explicó Rappaccioli, el principal atraso de esas negociaciones está en que el Gobierno quiere que Tumarín venda la energía a un precio menor del que plantea CHN.
“Estamos esperando que ellos contesten nuestra posición en relación a diferentes puntos y uno de esos puntos, el más importante podríamos decir, es el precio, ellos (CHN) están pidiendo un precio más alto que el nuestro”, dijo Rappaccioli, quien no quiso revelar los rangos de las propuestas de precios.
Sin embargo, dijo que están en un punto de estas negociaciones en el que esperan llegar a una conclusión de parte de ellos “aceptando nuestra posición”, destacó el funcionario.
La inversión rondaría los 1,100 millones de dólares, de los cuales se considera que más de 30 millones ya fueron invertidos por CHN en gastos operativos y obras menores.
Una trocha de 130 kilómetros logró ser construida tras los acuerdos con los productores de Apawás, pero no se ha logrado terminar.
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Si por alguna razón esas negociaciones no terminaran conforme espera el Gobierno, ya hay un “Plan B” que evitaría una afectación a las proyecciones del cambio de la matriz energética.
Rappaccioli dijo que podrían acelerar el desarrollo de proyectos hidroeléctricos o geotérmicos que tienen contemplados en el plan de expansión 2013-2027.
Entre estos mencionó el proyecto Albavientos que entrará a funcionar a finales de este año o inicios del 2014 con unos 40 megavatios de energía eléctrica, el proyecto hidroeléctrico Hidropantasma, proyecto hidroeléctrico El Carmen de 100 megavatios y un nuevo proyecto Copalar “pequeño”, de 150 megavatios de energía eléctrica.
“Si nosotros viéramos que Tumarín no puede entrar en el 2018, inmediatamente vemos cuál es el efecto de eso y tomamos las medidas que fueran necesarias, que pudieran ser uno de los otros proyectos que son más pequeños y que se hacen en menos tiempo”, explicó Rappaccioli.
La campaña emocional
CHN, por su parte, emitió desde el fin de semana pasado un spot publicitario en diferentes canales de televisión en el cual destacan que Tumarín será una realidad.
“En CHN estamos comprometidos con la promesa de una Nicaragua más próspera. Tumarín, una realidad”, concluye el anuncio.
Es la única forma en que CHN se ha pronunciado recientemente sobre la suerte de Tumarín a más de cuatro años que se reformó la Ley Especial del proyecto donde se amplió su capacidad de generación hasta los 253 megavatios de energía eléctrica.
Retrato de los atrasos
Los retrasos que ha tenido el proyecto hidroeléctrico Tumarín también impidieron que CHN cumpliera con los pagos que tenía programado realizar en agosto pasado a productores, pobladores y comerciantes de Apawás, en la Región Autónoma Atlántico Sur.
Desde entonces, los que se verían afectados por el proyecto hidroeléctrico Tumarín realizaron protestas en Managua y hasta amenazaron con cerrar la carretera Panamericana si no les daban una fecha para pagarles las indemnizaciones.
Hasta el momento no han recibido una respuesta concreta, solo las promesas de que una vez concluidas las negociaciones se podría iniciar con la cancelación a todos ellos.
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