Tatiana Rothschuh
Luis Manuel Téllez Reyna (39), fue apresado el pasado 26 de noviembre por incumplimiento de pensión alimenticia e inmediatamente llevado a las cárceles preventivas de la sede policial de Juigalpa. Al ser entregado escuchó al oficial decir: ¡Custodia 001! Seguidamente se lanzaron sobre él unos ocho reos para obligarle a quitarse la ropa y bañarse, al resistirse la arremetieron a puñetazos, patadas, con palos, hasta dejarlo casi inconsciente.
Manando sangre, el muchacho, asegura que pudo arrastrarse y un reo se le acercó con un teléfono para que llamara a su familia para que les entregara 3,000 córdobas. “Yo llamé y pedí que entregaran el dinero porque me estaban matando y me amenazaron con darme otra vez la misma receta”.
Su familia desesperada clamó ayuda ante el capitán Freddy Olivas, jefe de operaciones que ha permanecido “velando por la seguridad” por más de 30 años y al comisionado Edgardo Coronado, jefe de Auxilio Judicial, y según Sandra de la Cruz (hermana del reo), encontraron indolencia e indiferencia.
Dijo sentirse indignada tras denunciar que “se violentan los derechos humanos” y señaló que existe “complicidad policial y negligencia al no imponer el orden como autoridad obligada por ley constitucional a dar seguridad a los reos”.
De la Cruz refiere que arreglaron la situación legal para lograr la libertad de Luis Manuel y lo ingresaron al hospital Asunción, para luego ser valorado por un internista privado. El doctor Elías Segovia, médico forense, sostuvo en su dictamen que Luis Téllez Reyna presentó dos heridas en la región parietal izquierda y frontal derecha, hemorragia conjuntival del ojo derecho, hematomas y equimosis en diferentes partes del cuerpo.
El comisionado Edgardo Coronado también admitió las denuncias contra los hermanos Pineda y el “Negro Slide”. “Son pugnas por mantener la hegemonía de quien manda o puede más”, indicó al desestimar los señalamientos que hacen a la Policía, y remitió a las pruebas.
“Delincuentes peligrosos están en la cárcel y aunque enfrenten esos problemas es mejor que estén allí antes que estén en las calles”, dijo.
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Igual que Luis Manuel, muchos reos que han pasado sus días en las celdas preventivas de la sede policial de Chontales, denunciaron haber sido víctimas de graves agresiones físicas, con garrotes, verduguillos y cuchillos, además de ser sometidos a crueles castigos y extorsión de parte de los reos, que exigen desde 200 hasta tres mil córdobas, a vista y paciencia de los agentes policiales .
HACINADOS Y SIN DERECHOS
Uno de los denunciantes comparó la grave situación que ahí se vive con la serie de ciencia ficción “Alcatraz”, “a diferencia de que no están en una isla, pero los reos viven en una isla por su situación de hacinamiento, tortura, crueles castigos, extorsión y sin derecho alguno a ser protegidos por las autoridades policiales”, dijo el denunciante.
Los denunciantes aseguran que circula droga, alcohol y presumen que los agentes policiales permiten la prostitución. “El reo llama al oficial (y le dice) qué mujer va a entrar y resuelven colocando plástico negro”, dicen los denunciantes.
JUSTIFICAN SITUACIÓN
El comisionado Edgardo Coronado, justificó la situación que vive el penal por el estado de hacinamiento, pues explicó que las celdas preventivas fueron construidas para la permanencia de reos mientras obtienen sentencia judicial, con una capacidad para 56 y actualmente existen 250, 150 de ellos condenados. Aduce que el penal de Cuisalá argumenta sobrepoblación penal para rechazarlos.
El jefe policial reconoce las agresiones de “los reos a otros reos”, la circulación de droga y alcohol, así como el cobro que para él son “extorsión”, responsabilizando a “los familiares, son ellos que les traen droga, alcohol y pagan lo que les piden”, manifestó.
Asegura que mantienen el control, pero admite que a pesar de que se requisa con frecuencia las celdas, los mismos familiares les llevan armas cortopunzantes, “también reciben lo que roban como zapatos, pantalones, los familiares son los responsables”, insistió.
“TORTÚRENLO”
Un reo que obtuvo su libertad y pidió omitir su nombre sostuvo que cuando fue entregado a la celda, un oficial que solo sabe que es de Acoyapa, dijo a los reos: “¡Llega un cliente, tortúrenlo!, y me cayeron como 20 presos, me cobraron 200 córdobas que mi familia los pagó, ellos dicen que es para la limpieza, pero es para comprar droga y alcohol”.
También refirió que uno de los ocho días que estuvo preso, a eso de las cuatro de la madrugada llegó un oficial gritando por las celdas: “Entréguenme palos, cuchillos, verduguillos que hoy viene inspección de Managua”. Según él, tras la inspección regresan las armas a los reos.
El mismo denunciante aseguró que los reos que jefean las celdas, someten a castigos a los reclusos que se resisten, obligándolos a realizar hasta 600 sentadillas y quebrando una botella se la colocan en el piso bajo el riesgo de caer sentado fatalmente.
Léster Siles Hernández, es otro reo víctima de las torturas. Recuerda que en marzo de este año, al llegar a la celda le cobraron 200 córdobas que pagó su familia y a eso de las 10:00 p.m., un día antes de salir, se acercó un agente policial diciéndole algo al oído a un reo, acto seguido más de diez reclusos lo inmovilizaron y con encendedores le quemaron las plantas de los pies. “Salí sin poder caminar”, sostiene.
Leonardo del Carmen López, zapatero y comerciante dice haber estado preso por problemas conyugales. “Dos días estuve preso, pero fue un infierno, cuando entré, el jefe de celda dijo: aquí está este individuo malmátenlo! Y me rodearon como 50, me apearon a patadas en el pecho y costillas; ahí están encubiertos los policías, yo le pido a los derechos humanos nacionales e internacionales que constaten la criminalidad que se comete con los reos”, afirmó.
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