Sexy, provocativa, pícara, cómoda o infantil, la nueva lencería se abraza al cuerpo como una segunda piel. Y es que cada tipo de cuerpo pide una pieza perfecta para conferir una belleza especial y proyectar feminidad con un toque de “femme fatale”.
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Prendas delicadas que van a juego con el estilismo elegido para afrontar una larga jornada laboral. Por eso, cada temporada es necesario cambiar de estilo y ajustar los conjuntos a las tendencias y ocasiones especiales. Este año se imponen los patrones cómodos para otorgar libertad y bienestar. Los expertos en color anuncian que se llevarán los tonos dulces y los metálicos, aunque el blanco, el negro y el nude no ceden el paso.
Regresa el “body” tanto para el día como para la noche. Pieza lencera que tuvo su apogeo en la década de los ochenta y que vuelve al cajón de la ropa interior con aires renovados y desinhibidos.
Pero hoy en día la lencería más deseada es la de Chantal Thomass, diseñadora de espíritu bohemio y reivindicativo, la primera en subir una colección de lencería de alta costura a las pasarelas.
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