Emilio Álvarez Montalván
Desde el siglo XX la cultura ha adquirido mucha importancia para el desarrollo. Aunque hay muchas definiciones sobre cultura la más exacta es: “Aquel conjunto de valores y antivalores que adoptan los habitantes de un país, pueblo o región para enfrentarse a los dilemas del mundo social que impone al ser humano”.
Me refiero a los criterios para tomar decisiones sobre el poder público, las relaciones de parejas, la familia, la ley, la religión, el trabajo, el uso del tiempo, las enfermedades, la muerte, la violencia, respeto a la ley, la libertad, etc., etc. resulta una nación desarrollada que funciona en beneficio de sus ciudadanos en paz, modernidad y libertad o en un país atrasado sujeto a la libertad de un caudillo personalista.
En este orden es muy importante el centro Pablo Antonio Cuadra, inaugurado el 17 de noviembre del 2013 con una gran concurrencia en calidad y cantidad. Esa noche pudimos apreciar la aplicación en los últimos adelantos técnicos en materia de ambiente, espacio y acceso. La filosofía de este importante proyecto es el estímulo al intercambio, consolidar el sentimiento de una nación compartida, cuya piedra fundamental es la tolerancia, el consenso alcanzado democráticamente y la convivencia. La escogencia del nombre de Pablo Antonio Cuadra (PAC) es muy acertada porque fue un intelectual que dedicó su vida al cultivo a la enseñanza bajo perspectiva cívica, tolerante sin identificarse con banderas políticas e inspirado poeta y pensador.
El promotor y mecenas de esta ambiciosa empresa es el prestigiado librero español Jesús de Santiago, fundador de Hispamer, quien tiene más de veinte años de convivir entre nosotros, ayudando a la difusión de obras de escritores nicaragüenses contribuyendo significativamente a la culturización de los habitantes de este país. Jesús de Santiago se hace acompañar de una pléyade de asesores provenientes de la élite intelectual, que preside el doctor Carlos Tünnermann y otros de su misma talla y sin discriminación por ideologías, religión y etnia. Sin embargo, el ámbito del centro cultural Pablo Antonio Cuadra no se limita al aspecto literario pues abarca manifestaciones del arte, como la música, el canto, la pintura y las expresiones folclóricas.
Un aspecto esencial es el fomento de la tertulia alrededor de una tasa de café. También comprende los adelantos en materia informática, fundamental en la expansión del material didáctico. Se trata de un edificio de dos pisos y un costo aproximado de varios millones de dólares que contará con una sala de conferencia para 250 asistentes. El éxito de su desenvolvimiento dependerá del apoyo entusiasta de la ciudadanía que comprenda la trascendencia del Centro Cultural Pablo Antonio Cuadra, nombre del talentoso escritor que se distinguió por el civilismo y la edición de “la prensa literaria” que llegó a representar una especie de universidad de bolsillo al alcance y admiración de todos los nicaragüenses.
Es verdad que hubo en el pasado y sigue existiendo intentos similares aunque más limitados. Recuerdo a Editorial Nuevos Horizontes, de María Teresa Sánchez, que funcionó durante mucho tiempo en la calle Candelaria; y desde luego al Club de Universitarios, patrocinado por el doctor Inocente Lacayo y otro cenáculos. En la actualidad funcionan la Casa de los Tres Mundos en Granada, la Academia de Historia y Geografía, la Academia Nicaragüense de la Lengua, el Instituto de Cultura Hispánica, este último una referencia de mucha importancia.
Finalmente debo destacar que el Centro Cultural Pablo Antonio Cuadra pretende en el fondo estimular un sentido de nación compartida y de tolerancia, lo cual representa sin duda un hito en la historia de este país. El autor es miembro de las academias de la lengua y de geografía e historia.
