Janior Montes, receptor de los Indios del Bóer, es un ingeniero detrás del plato. Aprovechó la estancia y dirección del mánager cubano Juan Castro para mejorar y corregir los errores técnicos.
El originario de Puerto Corinto, Chinandega, este año recibió la confianza de los directivos capitalinos, y hoy se enorgullece con disimulo y con ligero entusiasmo.
Castro, quien hace dos días partió hacia Cuba, fue como el maestro especialista en la receptoría que Janior no tuvo antes, o la dirección que necesitaba para romper el contraste de sus años anteriores de miedo, inseguridad y convertirlos en brillo.
Montes entrena como si tuviera un horario de oficina y ser lo más lejano a un oficinista: un pelotero que no descansa por conseguir la perfeccción.
“A mi me sirvió de mucho la venida de Juan Castro. Aquí no hay mánagers que fueran receptores y me dio más enfoque en lo que debo hacer en el área, trabajamos duro en la defensa, como colocar mi cuerpo para una mejor mecánica”, afirmó el receptor nicaragüense.
Montes había jugado cinco temporadas de Liga Profesional, y nunca fue titular. En ese trayecto recorrido, el pelotero de los Indios solamente conectaba 32 hits, anotaba una carrera, recibía 14 bases por bolas y bateaba para .215 de promedio.
Sin embargo, esta temporada fue la de ebullicíon. Terminó como el líder de bateo en su equipo con .329 de average, conectó 52 hits, un jonrón y 24 carreras impulsadas.
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