Tener en casa una sala de cine, con sus butacas y su enorme pantalla es algo que pueden permitirse algunos afortunados. Entre ellos, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien invitó al actor George Clooney y a otras estrellas de Hollywood para ver juntos su última cinta, Monuments Men.
El envidiado cine privado de la residencia presidencial hizo ayer una excepción después de que en noviembre declarara una especie de moratoria en sus proyecciones, dado el aluvión de solicitudes que recibe por parte de los directores, sobre todo los que compiten por un Óscar.
La Casa Blanca no ha hecho ningún comentario respecto a este cambio, que bien podría explicarse porque la última cinta de Clooney no participa en la carrera por la estatuilla dorada.
Clooney fue uno de los donantes más importantes de la campaña de reelección de Obama.
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