Washington / EFE
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha situado su nuevo caballo de batalla en la lucha contra la creciente desigualdad económica, tendencia que ve generalizada tanto en avanzados como emergentes y que ya ha advertido que puede hacer descarrilar la tímida recuperación en marcha.
El organismo, dirigido por Christine Lagarde, subrayó esta semana en un amplio estudio sobre desigualdad y política fiscal que “en las últimas tres décadas, la desigualdad ha crecido en casi todos los países”.
De hecho, Lagarde ha llamado a esta tendencia uno de los “mayores flagelos” económicos de nuestro tiempo en repetidos discursos. Por ello, y para hacer frente a la creciente desigualdad global, el FMI recomienda tratar con sumo cuidado las herramientas de política fiscal disponibles.
Esta tendencia, los cada vez más dispares rendimientos de los segmentos más ricos y menos ricos de la población, ha potenciado las exigencias de la ciudadanía por una mayor redistribución.
David Lipton, número dos del Fondo en una conferencia en Washington para presentar el informe, advirtió de los riesgos de políticas redistributivas erróneas y mal ajustadas en los países emergentes.
Ver en la versión impresa las páginas: 4 C