Marcos A. Mayorga
Un desplazamiento de 15 minutos fácilmente se torna en una hora o más. No es razonable que miles de ciudadanos lleguen tarde a su destino o pierdan tiempo porque muchas veces la causa del congestionamiento sea la falta de atención a pequeños detalles y descoordinación humana y técnica. Solo el paso de las horas hace posible regresar al flujo normal del tráfico.
Managua se transforma en caos donde todos quieren ser primeros, parece que las acciones de concienciación no contribuyen. El desbarajuste del tráfico empeora día a día, que ya parece que la población y autoridades dan perdida la batalla. Urge recuperar el control e interés de desafiar esta situación y no continuar con excusas o postergando soluciones; no es posible ver un congestionamiento causado por accidentes o semáforos malos y a cincuenta metros un grupo de policías sin reaccionar.
Muchas malas formas de conducir, caminar, cruzar, toma de carril, etc. se han asentado por doquier; solo por mencionar: cuando el semáforo está en rojo, muchos adelantan la fila como sea y se cruzan el rojo, aún con policías a la vista. Buses, motos, caponeras, vehículos lentos, taxis, etc. cometen a diario miles de infracciones a la vista de todos. Decenas de personas en las esquinas esquivan vehículos realizando diferentes actividades. Mientras, la Policía de Tránsito aparenta haber optado por enfocar su trabajo en faltas leves, cuestionables y subjetivas a particulares en su mayoría con capacidad monetaria, lo cual favorece a la corrupción; mientras lo grave y apremiante se solidifica y generaliza.
Ante esta realidad hay muchas excusas, pero es importante recordar que el orden vial, así como otros temas comunales, representan áreas básicas mínimas que toda sociedad, pueblo, ciudad y país debe resolver, porque además de crear una conciencia de organización y orden, hace posible llevar a Nicaragua a otro nivel de clasificación donde es posible hacer frente a otros retos más complejos para lograr el desarrollo social y económico.
El desorden o perder esta batalla contribuye aceleradamente a desmejorar el entorno social y económico, además afecta el tema de seguridad ciudadana, porque la delincuencia toma provecho en ese ambiente. El desorden es la base principal del subdesarrollo.
Basta ser usuario de los servicios de la Policía de Tránsito para identificar las oportunidades que deben replantearse y reenfocar la calidad de sus servicios, pues es importante empezar por casa y hacer las cosas internas de manera eficaz y constante, que no decaiga el orden, organización, mantenimiento y limpieza. Empezando por casa, más fácil resulta enfrentar los retos afuera, pues el trabajo de ordenar a la comunidad y el tráfico vehicular es arduo; pero es su trabajo, y vale la pena este esfuerzo para que el desplazarse en Managua y todas las ciudades del país resulte una experiencia de vida agradable y atractiva.
Mucho esfuerzo se ha y está realizando para embellecer Managua y otras ciudades: Centro antiguo, lago, centros de entretenimiento, áreas comunitarias, paseos, calles y avenidas. etc. son parte de una voluntad para hacer la ciudad más amigable y agradable, que contribuye a la calidad de vida. Pero este esfuerzo debe ir acompañado en resolver el tema de congestionamiento por desorden, para que cada día se pueda disfrutar de orden y esparcimiento, en vez de utilizar muchas horas en movilizarse.
El autor fue presidente de la Cámara de Comercio de Nicaragua.