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Construyendo una sexualidad saludable

A pesar de que somos seres sexuales desde siempre, la sexualidad y sus expresiones, es un aspecto de nuestra vida que vamos construyendo desde pequeños y que con el tiempo vamos aprendiendo a administrar.

Ana Salgado

Terapeuta sexual y de parejas

A pesar de que somos seres sexuales desde siempre, la sexualidad y sus expresiones, es un aspecto de nuestra vida que vamos construyendo desde pequeños y que con el tiempo vamos aprendiendo a administrar.

Con las influencias, eventos y decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida, se va construyendo nuestra sexualidad. A veces, esta no es sana y resulta una fuente de sufrimiento y daño para mí misma y para otras personas. Al contrario, cuando construimos una sexualidad saludable, esta es una fuente de bienestar general para nosotros y los que nos rodean. Construir una sexualidad saludable empieza por mí e implica:

*Conocer mis necesidades y deseos y saber expresarlos. Esto es generalmente más fácil con cualquier tema, que con el sexo, especialmente por el montón de prejuicios, orgullos inútiles y creencias que tenemos con respecto a la sexualidad que nos impiden reconocer y pedir lo que deseo abiertamente. Si no logramos hacer esto, estamos esperando que otra persona adivine nuestros deseos y los satisfaga.

*Poder satisfacerlos: esto es un problema especialmente cuando decidimos tener pareja y empezamos a vivir bajo la idea de que la otra persona es la encargada de satisfacer nuestros deseos sexuales, que ya no son mi responsabilidad. De esta creencia, viene el que nos molestemos si nuestra pareja no desea lo mismo y/o al mismo tiempo nos dice NO a algo. Nos sentimos molestos, amenazamos, manipulamos, nos sentimos ofendidos, no queridos, dolidos, hasta humillados.

*Cuidar mi cuerpo, mente y emociones. Cuidar el cuerpo es lo básico, a veces ni eso hacemos. Es cuidar lo que como, ir al médico cuando me enfermo, prevenir enfermedades (no fumar, no tomar en exceso, dormir suficiente). En el caso específico de la sexualidad implica la administración de mi cuerpo, ¿con quién lo comparto y con quién no? ¿Cómo hago para protegerme de lo que no quiere que me pase (embarazo, enfermedad)?

El cuidado de la mente se refiere a todo lo que pienso. ¿Cómo me hacen sentir los pensamientos que alimento? ¿Qué acciones promueven estos pensamientos? ¿Emociones y acciones beneficiosas para mí o no tanto?

*Responsabilizarme por el resultado de mis acciones en mi vida y en la de otros. Todo, absolutamente todo lo que hacemos, pequeño, grande o mediano, tiene un efecto en otras personas. Mientras más cercanos, más afecta. Al que más afectan mis acciones es, obviamente, a mí mismo. Cada quien es responsable de las consecuencias de sus actos en la propia vida, pero además, por vivir en sociedad, necesitamos considerar y responsabilizarnos por las consecuencias de nuestras acciones en la vida de otras personas.

*Mantener coherencia entre lo que digo que quiero y lo que hago. Si digo que no quiero embarazar ni embarazarme tengo que hacer algo para que eso no pase. Si yo ando jugando la ruleta rusa con mi sexualidad teniendo relaciones sin protegerme ni planificar, entonces lo que quiero es otra cosa. Las intenciones de nuestras acciones necesitan estar conscientes para después no quejarnos ni culpar a otros de los resultados que obtenemos producto de nuestras acciones. Para poder hacer esto de manera práctica, necesito:

*Conectarme con mi cuerpo: ejercitar mi conciencia corporal al acostumbrarme a sentir mi cuerpo a cada paso, explorarlo, conocerlo.

*Ponerle nombre a lo que siento: ser más específico al referirnos a nuestros sentimientos. Tenemos la mala costumbre de decir “me siento bien o mal” y el bien y el mal no es un sentimiento. *Vigilar mi mente: estar pendiente de lo que pienso, de para dónde va mi mente en todo momento. Lo que pienso es la base de lo que digo y lo que hago.

*Concienciar mis intenciones: poner en palabras el resultado que busco, aceptar lo que quiero y lo que soy capaz de hacer.

*Aprender a administrar mi sexualidad: no solo el sexo, sino, como vemos mi “estar en el mundo” y mi relación con los demás.

*Identificar la relación entre mis acciones y la vida que tengo: son las pequeñas cosas las que hacen la diferencia en la vida que tengo. Si mi vida es un infierno, no todo tiene que ver con los demás, yo también contribuyo con mis pensamientos, palabras y acciones para que así sea y necesito tomar mi parte de la responsabilidad.

*Dejar de seguir cada sensación agradable: no tengo que ir detrás de todo lo rico o lo que me gusta. Quien hace eso, destruye su futuro.

*Asumir, con responsabilidad, las consecuencias de las acciones que realizo sin conciencia o sin pensar. Si actué sin pensar, igual vienen las consecuencias. Si actúo sin conciencia de las intenciones, igual vienen los resultados y necesito abrazarlos, sin quejarme, porque son mi creación.

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www.tusexosentido.com


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