Luis Eduardo Martínez M.
Al fondo de una pequeña cuenca, en sembradío de ayotes y chiltomas, de la comunidad La Granja, al noreste de la ciudad de Matagalpa, se encontraron sepultados los cuerpos de una pareja de comerciantes jinoteganos, quienes fueron engañados con la supuesta comercialización de 400 quintales de papa y luego asesinados a machetazos en ese lugar.
Las víctimas fueron identificadas como Ada Julia Morán Guardado, de 43 años, y Cairo José Gutiérrez Tórrez, de 23, cuyos cuerpos fueron desenterrados este domingo.
La Policía se mantuvo hermética sobre el caso. El comisionado Bernardo Solís, jefe de la Dirección de Auxilio Judicial de la Policía en Jinotega, se negó a brindar declaraciones. Sin embargo, familiares de las víctimas confirmaron que al menos un hombre está detenido, aunque ninguno había sido informado sobre la identidad del sospechoso.
Ellos salieron en una moto desde Jinotega. “Al ofrecerles el producto, creyeron que él traía la plata, pero él no la traía”, dice Rogelio Ramón Gutiérrez González, padre de José Gutiérrez Tórrez, uno de los asesinados.
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En el lugar donde los comerciantes fueron asesinados, trascendió que presuntamente José Luis Cornejo Villegas, originario de El Cuá, habría confesado el crimen ante la Policía, llevando a los agentes a los lugares donde enterró los cuerpos y una motocicleta en la que se movilizaban Gutiérrez y Morán.
Otro hombre, al que una fuente ligada a las investigaciones identificó como Wilmer Cornejo, habría ayudado a enterrar la moto y también estaría preso. La Policía tampoco lo confirmó.
Gutiérrez Tórrez era un joven emprendedor, coincidieron personas que le conocían y que llegaron al sitio del crimen. Emigró desde la comunidad Volcán Grande, Jinotega, hacia Masaya, donde se dedicaba a la comercialización de diversos productos: papa, repollos, apio, lechuga y “todo lo que saliera”, confirmó Alba Luz Vallejos, madrina del muchacho.
En tanto, Morán, a quien sus hijos le festejarían el cumpleaños el 25 de mayo, era de León y tenía mucho tiempo residiendo en Jinotega. Se dedicaba al comercio y según Vallejos, acompañaba a Gutiérrez “a buscarle la venta y los productos para llevarlos a los comerciantes grandes”.
Gutiérrez también viajaba a Guatemala en actividades comerciales, dijo Rogelio Ramón Gutiérrez González, padre del joven.
A MACHETAZOS
La pareja fue llevada con engaños por los “vendedores de papa” entre unos cafetales hasta llegar al supuesto plantío de papas. Al joven lo habrían matado primero. La señora quiso huir y fue alcanzada a filazos.
Ambos cuerpos presentaban múltiples heridas de machete en la cabeza y diferentes partes del cuerpo, confirmó el forense Juroj Bartoz.
El padre de Gutiérrez no cree que Cornejo haya actuado solo. La saña con que los mataron lo hace considerar que participaron más personas. “No pasa que él lo hizo solo ( ), eso es bastante para que lo haya hecho una sola persona y el hermano confiesa que ayudó a enterrar solo la moto, pero él tenía que haber ayudado a su hermano en todo el operativo”.
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