Yohany López
Actualizar el estudio de los suelos nacionales para que sus resultados permitan el ordenamiento de las tierras de acuerdo a las necesidades de los cultivos es un tarea urgente que las autoridades de Nicaragua deberían impulsar a lo inmediato. Según Carlos Carballo, coordinador del proyecto Impactos y Alternativas del Centro Humboldt, la última vez que se realizó un análisis de este tipo fue en 1970.
Ante la carencia de resultados de este tipo de análisis, las afectaciones directas del cambio climático que enfrentan los suelos y el desorden en los cultivos, Carballo quien también es especialista en modelos climáticos, recomienda a los productores apropiarse del conocimiento de los efectos del cambio climático y habla de la necesidad de usar nuevas variedades de semilla, que garanticen la adaptabilidad a sus parcelas.
Otra de las recomendaciones de Carballo es aumentar la capacidad de adaptación o de resiliencia (capacidad de asumir con flexibilidad situaciones extremas y sobreponerse a ellas), para superar los obstáculos que enfrenta la actividad agrícola.
Para Carballo es importante que esta capacidad de adaptación se desarrolle en todas las áreas y que el cambio climático tenga un abordaje territorial. Las políticas para contrarrestar los efectos de este fenómeno deben partir de lo micro a lo macro, de lo local a lo nacional. Por ello, para Carballo es importante que todos los actores estén informados y capacitados para que tengan las herramientas que les permitan tomar las decisiones más adecuadas.
También es fundamental, a criterio de Carballo, realizar los ajustes pertinentes tanto a los planes de estudio como a las guías de trabajo de las instituciones ligadas al sector productivo, para incluir los aspectos referidos al cambio climático que muchas aún no contemplan.
¿Qué tipo de actualización requieren los planes de estudio y los de las instituciones de Gobierno?
Se necesita actualizar la currícula de las instituciones que deben asesorar a los productores porque muchas no contemplan el aspecto de cambio climático. Tal es el caso de las Guías Tecnológicas de los diferentes cultivos que facilita el Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA) y que en relación al establecimiento del invierno presenta fechas que ya no son válidas.
En ningún sentido digo que sean malas, porque de hecho nosotros en el Centro Humboldt las utilizamos como referencia para comprender las variedades de semillas, requerimientos de datos climáticos, plagas a las que son susceptibles las semillas. Pero si es necesario que se actualice la información en torno al cambio climático. Esta es una oportunidad para que se mejore el abordaje del tema.
La investigación debe dejar de ser la histórica sectorizada y pasar a ser una más integral, que se desarrolle en los territorios con enfoques sistémicos y a su vez incluir nuevas variedades que sean resistentes al calor y la reducción del agua, como una parte importante de las líneas estratégicas de adaptación.
Por ello, es necesario el fortalecimiento a las universidades también para poder realizar ensayos productivos en laboratorios con condiciones controladas.
Para garantizar un mejor uso de suelos ¿qué otras garantías deben existir?
Sinceramente una política de riego local es necesaria en todo el país, no solamente la Ley de Aguas Nacionales, la ley de los Comités de Agua Potable, sino un marco regulador en el uso del agua según prioridades en el ámbito local.
Para el uso del suelo deben de formularse políticas acorde a los municipios o regiones según sus realidades particulares. Se deben de formular indicadores de adaptación que permitan dar seguimiento a los planes y estrategias de las familias, las comunidades y los municipios en el proceso de adaptación.
¿A qué deben adaptarse los productores?
Deben estar preparados para diseñar lineamientos de adaptación como políticas públicas. Además tienen que conocer la magnitud del cambio para precisar qué medidas se van a requerir. Por ejemplo, si los escenarios son secos se requiere de semillas fuertes que resistan la falta de lluvias y de ser posible mantengan márgenes positivos de rendimientos.
Para eso, se crea algo que llamamos: modelos climáticos que son ecuaciones matemáticas sustentadas en las leyes de la física claramente establecidas a través de la física de la atmósfera para poder crear proyecciones del clima.
Estas son ecuaciones diferenciales y sistemas matemáticos que resolverlos a mano sería demasiado tedioso, pero se integran con un software al que se le establecen condiciones de fronteras donde se define temperaturas por zonas para realizar mediciones.
Además los productores deben optar por la cosecha de agua, como una opción que les garantice la supervivencia a sus cultivos y estar abiertos a las nuevas fechas de siembra. Otro aspecto en el que deben estar listos es la reducción de las correntillas y desarrollar investigaciones o bien facilitar toda la información necesaria para que los especialistas de las academias puedan retomarlas y emprender cualquier estudio.
Es importante que el campesino conozca más sobre las condiciones biofísicas o sea la precipitación y la temperatura, entiéndase como los requerimientos de cada cultivo para tener un desarrollo propio que generalmente tienen dos condiciones buenas y óptimas.
¿De qué depende esa capacidad de adaptación que se requiere?
La capacidad para que un productor se adapte no solo depende de la persona, sino de factores externos como económicos, sociales, ambientales, educativos y culturales de la familia o la sociedad misma.
¿Cuáles son las zonas más vulnerables a estos efectos del clima?
Todo cultivo es vulnerable, no puede precisarse una zona ya que hay condiciones cambiantes para determinados cultivos. Un ejemplo puede ser que alguna zona que no sea óptima para el café lo sea para el cacao, pero se debe realizar una política de conversión que se debe trabajar a partir de un análisis profundo por parte de las autoridades agropecuarias del país.
En este caso es importante que se mejore la zonificación con vocación agroclimática con nuevas condiciones afectadas por el cambio climático y la debida actualización de fechas.
Por depender directamente la economía de Nicaragua de la producción agropecuaria, toda tierra dedicada al cultivo que sea, debería de cuidarse y dársele el mantenimiento que requiere en el contexto de las posibilidades de los productores, principalmente los pequeños y medianos que son mayoría.
Y en cuanto a los cultivos ¿cuál es el más resistente a la sequía?
El menos vulnerable a los daños de la sequía es el arroz, porque es el que posee mayor capacidad de adaptación. Se ha invertido mucho y se realizan cuantiosos esfuerzos para garantizar las metas que anualmente ese sector se plantea.
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