Bartel López no deja de ser la figura. Sin complejos, con la tranquilidad de un líder silencioso, paciencia solemne y ejecución precisa sigue convirtiéndose en el brillo de la pantalla y con 12 rebotes y 17 puntos, mantuvo el ritmo y control de su equipo, los Toros de Matagalpa, al derrotar 85-77 a los Tigres de la UdeM, a pesar de los 35 puntos del estadounidense, Quinton Dogget, mayor anotador del partido.
G’mitri Rice estará listo para jugar el sábado en Matagalpa contra los Tiburones. Rice viene de jugar en las ligas de Georgia y Florida y espera rendir acá.
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Los Toros ya funcionan como equipo. Ayer en el gimnasio de la UdeM se vio el retorno de Duane James luego de dos semanas fuera producto de cinco puntadas en su rostro. Con 23 puntos y seis asistencia dijo presente a las órdenes encomendadas por el técnico Jimmy Smith. Entretanto, el nicaragüense Jasser Jiménez, recientemente llegado de EE. UU., poco a poco toma el ritmo.
En el segundo periodo, los Tigres rugieron y se lograron acercar a los Toros 38-33. Diron Antowine (19 puntos) sobresalió entre la muchedumbre. Los representantes de la UdeM tienen una defensa “desfondada”, sin agresividad en la marca ni capacidad para desequilibrar las llegadas del hombre aro, Quinton Dogget.
En el cuarto periodo, el equipo matagalpino, de la mano de su supremo líder Bartel, ya respiraba la tranquilidad de una victoria y más aún por los conflictos internos en el equipo Tigre. El entrenador Edwin Valdivia ya había perdido el control de sus jugadores y al final del partido hubo una reunión donde se rumoreaba una posible sustitución.
Los 85 puntos de los norteños se los deben al mejor de la ofensiva: Dogget. No fue el hombre desequilibrante, pero aprovechó los vacíos existenciales que la defensa felina dejaba cerca del aro. Las 35 estocadas asestadas se deben al ingenio de un hombre capaz de ser eficaz en la finalización de las jugadas e insistencia de anotaciones.
Al final del partido los Tigres quedaron envueltos con el manto de la derrota, mientras que los Toros de Bartel, empiezan a hinchar sus velas de campeones.
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