Efe / VIDA
Dos años después de que a Sinéad O’Connor le diagnosticaran un trastorno bipolar y abandonara temporalmente los escenarios, la polémica cantautora irlandesa regresa con un nuevo álbum y ganas de demostrar quién es la “jefa”.
El décimo trabajo de estudio de O’Connor sale a la venta hoy y con él celebra también treinta años en el mundo de la música.
Tres décadas de rebeldía e inconformismo que le han reportado muchos titulares, cuatro maridos, cuatro hijos y un puñado de buenas canciones, entre ellas Nothing Compares 2U, el tema de Prince con el que alcanzó fama mundial en 1990.
El nuevo disco lleva por nombre Im not Bossy, Im the Boss (No soy Mandona. Soy la jefa) y, según ha explicado la propia artista, es una colección de “canciones de amor” vinculadas a varios personajes femeninos, cuyas historias evolucionan a lo largo de sus doce temas.
En un principio, este trabajo iba a llevar por título The Vishnu Room, pero O’Connor, de 47 años, decidió cambiarlo tras sentirse “inspirada” por la campaña Ban Bossy (que significa algo así como “erradica el concepto de mandona”), diseñada a principios de este año por la organización estadounidense Lean In.
Este proyecto, en el que participaron caras conocidas como las de Beyoncé, Jennifer Garner o Condolesza Rice, denuncia que, cuando “un niño pequeño” impone su criterio, se celebren sus cualidades de “líder”, mientras que, si una niña hace lo mismo, “corre el riesgo de que se le califique de mandona”.
La portada del disco sorprende con una artista abrazada a una guitarra eléctrica, maquillada, tocada con una peluca de pelo liso y oscuro y enfundada en un ajustado y sugerente traje de látex negro.
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