Lucydalia Baca Castellón
Según Erick Pérez, gerente general de Agroriego SA, el pozo más pequeño que puede perforarse es de 100 píes (30 metros) de profundidad y seis pulgadas de diámetro tiene un costo promedio de tres mil dólares y tiene capacidad de regar cinco manzanas.
La bomba más pequeña (dos caballos) cuesta 2 mil dólares. A esto hay que sumarle el costo del sistema.
• El de riego por aspersión es el más barato y cuesta entre mil y un mil 300 dólares por manzana.
• El de microaspersión tiene un costo similar.
• El más caro, por ser más eficiente es el de goteo, cuesta un mil 500 dólares por manzana.
Para Pérez el mayor obstáculo para acceder a estos sistemas no es el alto costo, ya que los bancos financian su instalación, sino la mentalidad de los agricultores y ganaderos que no lo ven como una inversión, sino como un gasto que solo consideran como opción durante las épocas de sequía severa, como la actual.
Para el responsable de capacitación del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Manuel Pérez, el problema con el riego es que por su alto costo no es accesible especialmente para los pequeños y medianos productores.
La opción que les queda es la cosecha de agua. Sin embargo, Pérez reconoce que en períodos largos de déficit de lluvia no hay manera de llenar los reservorios que se construyen para almacenar estas aguas.
No obstante, considera que el uso de tanques de almacenamiento son sistemas de riego por gravedad, el uso de plástico negro en camellones (sobre la tierra donde se siembra la semilla) y los microtúneles son opciones de más bajo costo que también contribuyen al control de la humedad y la maleza.
Según Pérez, ante las actuales condiciones climáticas, el Gobierno está promoviendo alternativas de bajo costo para que los pequeños productores puedan evitar los estragos de la sequía. De momento el uso de semilla resistente a la sequía es una de las opciones que se planea promover.
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4 mil 929 fincas poseen riego por gravedad; un mil 586 fincas poseen riego por goteo; 2 mil 773 fincas tienen riego por aspersión; 2 mil 699 fincas cuentan con riego manual con manguera, y 233 fincas tienen otros.
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Mientras en la mayoría de municipios del corredor seco agricultores y ganaderos continúan acumulando pérdidas provocadas por la sequía, en una finca de uno de ellos, a pesar de que las lluvias que han caído en los últimos meses se cuentan con los dedos de una mano, el panorama es totalmente opuesto.
El verdor de la finca de plátano Agroverde, ubicada en La Paz Centro, León, contrasta con la aridez de la zona. Esto se ha logrado gracias al funcionamiento permanente de un sistema de riego y una planeación exhaustiva de las actividades. El resultado es que la única afectación que se registra es una reducción en la cantidad de plátanos por cabeza.
“Cuando empecé hace dos años, cada racimo tenía un promedio de 36 dedos (plátanos), de esos unos treinta eran de primera, tres de segunda y tres de tercera. Pero hoy, luego de dos años de sequía, a pesar del sistema de riego el promedio de dedos por racimo se ha reducido como a 28 y de ellos solo unos 19 son de primera”, dice Dror Herzig, propietario de Agroverde.
Gran parte de la producción de Agroverde se vende a comercializadores hondureños que llegan a Nicaragua en busca del producto. Pagan en promedio 3.50 córdobas por el plátano de primera.
Herzig reconoce que esta disminución en la producción merma sus márgenes de ganancia. No obstante, aclara que podría evitarse dando más agua a las plantas.
“El plátano y toda la familia de las musáceas en general mientras se les da más agua producen más, pero tampoco es negocio regar tanto, el riego es caro, entonces les doy la cantidad que se puede y confío en que la lluvia me ayudará”, manifiesta Herzig.
PLANIFICACIÓN INTEGRAL
Además de plátano, en la finca también se han cultivado y producido con éxito algunas frutas y hortalizas. Próximamente se establecerá una parcela de aguacate. Lo que hace afirmar a este productor de origen israelí especialista en sistema de riego, que logró romper el mito de que la zona solo sirve para la ganadería.
Sus logros los atribuye a una planificación integral. “Uno no debe querer hacer más de lo que puede. Si solo tiene para invertir en una manzana no debe tratar de sembrar diez, porque a las plantas se les debe dar todo lo que necesitan y si no se puede es mejor buscar otro negocio”, aconseja.
Detalla que ha invertido entre 40 y 50 mil dólares en la instalación de cada uno de los sistemas de riego, que incluye la perforación de dos pozos, instalación de sistemas de bombeo, uno funciona con diesel y el otro con electricidad; y la instalación del sistema de manguera por goteo en toda la plantación.
Dicho sistema además de garantizar la humedad requerida por la raíz de cada planta de forma individual, evita la humedad en el resto de la cepa y del ambiente. Esto previene la propagación de hongos y otras plagas.
Adicionalmente invierte unos 15 mil dólares mensuales en combustible, electricidad y mantenimiento del sistema de riego. “Ese pago debería ser solo por seis meses y en los otros seis meses de época lluviosa debería reducirse a unos dos mil dólares mensuales, pero este año van a ser 15,000 en todos los meses”, lamenta el productor.
Sus conocimientos le han permitido establecer filtros y otros accesorios que garantizan un mejor funcionamiento y mayor durabilidad al sistema, que también es utilizado para fertilizar el cultivo, porque Herzig trabaja bajo la premisa de que las plantas necesitan alimentarse todos los días, igual que las personas.
El productor compra las sustancias que proporcionan el nitrógeno, potasio y fósforo que necesitan sus plantas. “Luego hago mis propias mezclas para alimentar diariamente a las plantas. Por cada gota de agua que reciben también les doy una gota de fertilizante y con una sola persona se fertiliza toda la finca. No vamos tirando por ahí la mezcla como acostumbran aquí”, sostiene Herzig.
CONTROL ESTRICTO
La finca produce todo el año, según Herzig esto se logra a través de un control estricto. Por ejemplo, la plantación se estableció de manera escalonada para garantizar producción permanente y con un sistema de alta densidad se sembraron unas 2 mil 500 plantas por manzana.
Se lleva un control de la fecha de siembra de cada planta y en base a ella se determina la floración, el corte de los dedos más bajos de cada racimo para estimular el crecimiento del resto y otras actividades.
A través de la colocación de cintas de distintos colores que se amarran al tallo se controla la fecha de producción. “Dependiendo del color de la cinta sabemos en qué fecha debe iniciar el corte de los racimos y los que debo cortar cada día o semana”, explica.
La planeación también incluye la producción en vivero de semilla para ir sustituyendo las plantas que retiran una vez que producen.
Herzig insiste en que la clave está en probar con pequeñas áreas y una vez que hay certeza de que el cultivo funciona en la zona invertir en base a los recursos disponibles. Además, en base a su experiencia afirma que muchas veces las pérdidas no las provoca el clima ni las enfermedades sino las “mafias” que comercializan los productos.
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