Ramón Villarreal Bello
La familia de Ángela Álvarez Cruz (q.e.p.d.) aún no supera el daño que le causaron los sujetos, hasta ahora desconocidos, que desenterraron los restos de esa señora, dejaron su ataúd en mera calle y parte del cráneo la colocaron sobre el muro del cementerio de Altagracia, isla de Ometepe, la madrugada del domingo.
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“Estamos pasando un dolor muy grande, mi esposo (Derling Hernández Álvarez) y a sus hermanos y toda la familia aún no se nos olvidan esas escenas como de película de terror, cómo profanaron los restos de doña Ángela, la sacaron de su sepultura y la acarrearon como cien metros hasta dejar la caja en mera calle y no sabemos por qué lo hicieron”, manifestó Magaly Ruiz Villanueva, nuera de la difunta.
Detalló que aún no saben por qué ocurrió esto si los hijos de la señora no tienen enemigos. Consideran que esto puede ser causa de la misma drogadicción o de personas que practican brujerías. Ruiz recordó que el año pasado dos tumbas fueron profanadas y los restos sacados del cementerio.
“El domingo tuvimos que enterrar rápido los restos de doña Ángela porque en la Policía de Altagracia solo había un policía que nunca se apareció y tuvimos que volver a sepultar sus restos porque nos dolía el alma estar viendo esas escenas” adujo.
El subcomisionado Ramón Alemán, jefe de la Policía de Altagracia, aseguró que avanzan las investigaciones y que tienen pistas que podrían dar con los autores de la profanación. Detalló que sí dieron cobertura a la denuncia de los afectados y aunque sugirieron a la familia que esperaran a los peritos de Rivas, ellos decidieron sepultar a la difunta.
En cuanto a las tumbas profanadas el año pasado, Alemán indicó que en esa ocasión nadie interpuso denuncia.
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