Hasta un siete por ciento adicional en ingresos puede captar una textilera que invierte en la salud y seguridad de sus trabajadores, ya que impacta hasta cuatro veces en la condición laboral de la persona, según estima Elena Arengo, representante del proyecto Better Work, que impulsa la Organización Internacional del Trabajo.
Arengo asegura que en Centroamérica, Nicaragua es pionera en trabajar los temas de salud y seguridad en las maquilas y mediante este programa lo que buscan es fortalecer por todas las vías la industria. En Nicaragua se estima que bajo régimen de zona franca un sesenta por ciento son empresas de textiles.
Ramiro Blanco, miembro de la Comisión Nacional de Zona Franca, afirma que impulsan medidas de prevención para que los trabajadores de las textileras estén más sanos.
Referente a las denuncias que trabajadoras de este sector reportan sobre la negación de permisos para ir al médico, o bien en lo interno de las instalaciones, Blanco consciente de dichas situaciones comentó que empujan programas de salud donde los médicos les atienden en las empresas.
En cuanto a las normas de seguridad, el viceministro del Trabajo, José Enrique Espinoza, afirma que en la industria textil se cumplen satisfactoriamente y que hay avances en el cuido ergonómico de los trabajadores.
Sobre los accidentes laborales, el funcionario dice que se reportan unos dos accidentes cada mes, entre pequeños o de mayor magnitud.
Además Espinoza afirma que una de las denuncias más común es el retraso en el pago de liquidaciones.
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