Si usted no ha nacido en el continente asiático puede que comer algas le parezca extraño, exótico o impensable, pero también puede que le parezca normal si es uno de esos millones de habitantes del mundo que se han aliado con el consumo de algas hasta el punto de convertirlo en parte de su dieta diaria.
Las tres algas marinas más importantes utilizadas como alimento humano, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), son varias especies de Porphyra, Laminaria (kombu) y Undaria (wakame).
Pues bien, dado el alto consumo de estas algas, que se obtenían en su origen de especies silvestres, en la actualidad solo es posible atender a la demanda de los millones de consumidores utilizando, como apunta la FAO, métodos de cultivo en gran escala.
PRODUCTO UNIVERSAL
Las algas se pueden encontrar en cualquier playa del mundo, en cualquier costa, y seguro que muchos han apartado una sabrosa lechuga de mar, mientras nadaban sin saber que lo que les molestaba era una de las algas más apreciadas por aportar al organismo antioxidantes, Omega 3, o diferentes vitaminas, como la vitamina B12.
Pero, dado que las silvestres ya no son suficientes, en Europa y Latinoamérica han ido apareciendo empresas productoras de algas que se han encargado de ponerlas al alcance de todos los consumidores en varios formatos: secas, frescas o en conserva.
EN LA ALTA COCINA
Las algas están muy presentes en el sector de la alta cocina, y desde ahí, el conocimiento sobre sus cualidades organolépticas y saludables está haciendo eco en la cocina más popular, resalta el empresario acerca del auge de este producto marino en la gastronomía mundial.
Las algas tienen compuestos que, por sus propiedades físico-químicas, las hacen muy útiles para la elaboración de numerosos platos: desde gelatinas hasta sopas, ensaladas, postres y helados.
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